Esta semana nos tomamos nuestro Morning Coffee con Adolfo Rouillon, co-fundador de Frizata.com
Contxto – Los números de 2019 reflejan que en Argentina dos de cada tres personas compraron, al menos, una vez al mes productos de consumo cotidiano en línea.
Las cifras se desprenden del Estudio Anual de Comercio Electrónico en Argentina y ponen de manifiesto cómo, en Argentina, las compras online se vuelven cada vez más habituales, en sintonía con lo que sucede con el resto del mundo.
Hasta el momento, la adquisición de alimentos por internet comprende una pequeña porción de las compras en general, aunque está en continuo crecimiento.
Por ejemplo, en países como Estados Unidos, alrededor del diez por ciento de los consumidores dicen que compran alimentos regularmente en línea, según NPD. Pero esto está creciendo rápidamente, pasando de US$12 mil millones en 2016 a US$26 mil millones en 2018.
En Argentina, el rubro alimentos, bebidas y artículos de limpieza creció un 111 por ciento con respecto a 2018. El año pasado, facturó un total de US$41,591,000.
Ahora considera el coronavirus
Si bien las estadísticas de crecimiento venían con un marcado aumento, la crisis derivada del Covid-19 modificó el escenario; o, mejor dicho, adelantó esos cambios que sabíamos que iban a suceder.
La alternativa de la compra online pasó a convertirse (casi) en la única opción.
Con el cierre temporal de miles de locales y tiendas físicas, sumado a las medidas de distanciamiento social, el comercio electrónico será una parte mucho más importante en los hábitos de compra.
La realidad es que durante los próximos meses, los consumidores elegirán seguir comiendo en sus casas tanto para cuidar el bolsillo como para mantener el distanciamiento social.
Es así como la adopción de nuevas marcas nativas digitales aumentará; a medida que los usuarios experimenten por primera vez la compra, el proceso de entrega y la prueba de productos de buena calidad, sumado a un bajo contacto humano y precios accesibles.
Según una investigación de la división Insights de Kantar, desde que comenzó el brote, un treinta por ciento de nuevos usuarios se sumaron al comercio electrónico.
La crisis derivada por el coronavirus está creando gran incertidumbre en salud, estabilidad laboral e impacto emocional. Esto va a cambiar la escala de prioridades y a reformular cómo se percibe el valor para los consumidores. Se van a transformar las percepciones de calidad, conveniencia y experiencia de compra.
Tiempos de cambio: cuando la góndola es online
Cambiar el hábito de ir al súper no es difícil. La clave pasa por demostrar que hay una alternativa real y transformadora.
Por supuesto que cualquier marca de alimentos o supermercados puede vender por internet, pero si los productos, la propuesta y los precios son los mismos, ¿dónde está el cambio?
Es por eso que hoy la innovación de las startups y empresas tiene que pasar por resolver los dolores de los consumidores. La industria de los alimentos está caracterizada por una larga cadena de intermediarios que impacta directamente en el precio de los productos y en la calidad de los alimentos para ahorrar costos.
Es tiempo de pensar cómo esta misma situación se da en otras industrias y cómo los emprendedores podemos dar respuesta a esto con la creación de empresas que integren toda la cadena y controlen el proceso de punta a punta.
Desde la producción, comercialización, distribución y la atención posventa, término que se conoce como marcas nativas digitales y verticales (originalmente conocido en inglés como Digitally Native Vertical Brands (DNVB)). El caso más conocido es Netflix.
Entregas y UX: el cliente tiene la última palabra
Este es el momento de los emprendedores: las empresas que hoy puedan entregar una propuesta de valor consistente son las que, en definitiva, trascenderán este contexto. Uno que nos obliga a ser veloces y ágiles en los cambios, porque si no te adaptas y cambiás, los cambios te acaban por cambiar a ti.
Las marcas nativas digitales hablan directo con sus consumidores, para eso la innovación tiene que ser rápida, que permita mejorar los productos una y otra vez, también deben identificar nuevos hábitos de consumo e intereses. Este feedback continuo va a ser posible si nuestra compañía está preparada para escuchar al cliente a través de los datos.
Los próximos meses serán fundamentales para saber qué atributos de las marcas serán más valorados y ver cómo la industria se adaptará a este nuevo escenario global.
En definitiva, la clave es escuchar a los clientes y establecer un ida y vuelta que nos permita no sólo generar más y mejores productos, sino mejorar nuestro servicio. Hay que estar atentos a las demandas; si bien hoy el comprador está en su casa, cuando todo esto finalmente termine es importante haber generado fidelidad con ese nuevo cliente.
Esta coyuntura nos abre la oportunidad de seguir desarrollando el comercio electrónico pero, a la vez, hizo más evidente el futuro del consumo que, sin dudas, es online.
Hay que potenciar esta modalidad a la carta, directo al consumidor y en línea, que hoy dice mucho más que presente. La tecnología tiene que estar enfocada en mejorar cada nuevo producto, los procesos y la experiencia de nuestros clientes. Y al final de día debe poder entregar alimentos de calidad a precios éticos.
Adolfo Rouillon es un emprendedor argentino miembro de la red Endeavor. Cofundó Amtec.net, una eBuilder especializada en comercio electrónico que luego fue adquirida por Neoris. Cofundó Congelados del Sur, compañía que produce alimentos congelados para grandes empresas alimenticias. En 2019 creó Frizata.com, una empresa de foodtech nativa digital que produce alimentos prácticos e innovadores a la venta en línea.