Contxto – La flexibilidad es el ingrediente que los inversionistas siempre anhelan y justo acaban de hincar sus dientes en un trozo de cajú (esa es la palabra en portugués para “anacardo”).
Ayer (5) se anunció que la fintech Caju levantó R$13 millones (~US$2.5 millones) en una ronda semilla coliderada por Canary y Valor Capital. Otros participantes incluyen a inversionistas ángeles como Ariel Lambrecht (cofundador en Yellow y 99).
La startup utilizará los fondos para el desarrollo tecnológico, contratación y para impulsar las ventas. Caju lanzó operaciones en enero de este año. Desde entonces, ha ganado 400 clientes y administra programas de beneficios para empleados para más de 15,000 personas en Brasil.
Saborea el Caju
Los anacardos, o nueces de la India, como algunos las conocemos, producen un ingrediente muy versátil. Por una parte, la semilla que todos conocemos. Pero, ¿sabías que la fruta de anacardo es igual de sabrosa y popular en Brasil?
Conocido por su sabor dulce y refrescante puede consumirse como un refrigerio saludable, puede agregarse a otras recetas o incluso fermentarse y agregarse a bebidas alcohólicas.
Evidentemente, esta humilde fruta tiene muchas aplicaciones. Este es también el ingrediente detrás de lo que hace la fintech Caju.
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Agrega una pizca de Caju
La startup expide tarjetas de beneficios para empleados que pueden utilizarse para comprar varios productos y servicios.
Cuando una empresa registra a sus empleados en la plataforma de Caju, establece las reglas y categorías para administrar los beneficios. La startup ofrece seis áreas para que los empleados se gasten el saldo de su tarjeta: alimentos y bebidas, compras del supermercado, transporte, salud, entretenimiento y educación.
Por ejemplo, un miembro del equipo puede usar los fondos para comprar alimentos. Si sobra dinero en la cuenta, puede gastarlo en servicios de streaming como Spotify o en cursos en línea.
Caju no le cobra a las comañías por ejecutar sus programas de beneficios. En lugar, gana dinero a través de una tasa de intercambio por cada compra.
Ese es un beneficio atractivo para las compañías, ya que no tienen que pagar la factura con quienes emiten la tarjeta, como suele suceder.
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-ML
Traducido por Alejandra Rodríguez