Tras un descenso en la financiación de las startups latinoamericanas en 2023, las empresas de capital riesgo, con casi 4.000 millones de dólares en reservas, se están preparando para una fase de inversión más activa.
Los recortes de los tipos de interés de los bancos centrales en toda la región están impulsando a estos inversores a explorar nuevas oportunidades, sobre todo en tecnología climática e inteligencia artificial, lo que supone un cambio respecto a la postura cautelosa del año pasado.
En enero se produjo un repunte significativo en la recaudación de fondos para startups, con 315,5 millones de dólares en 63 rondas, lo que indica un interés rejuvenecido por el potencial tecnológico de la región.
Las inversiones de alto perfil, incluida una ronda de 40 millones de dólares para la argentina Pomelo y una serie B de 41,5 millones de dólares para la brasileña Conta Simples, subrayan la creciente confianza entre los inversores que buscan capitalizar los mercados sin explotar de América Latina.
A pesar de que las perspectivas son más moderadas que en 2021, cuando el gasto en capital riesgo alcanzó la cifra récord de 15.000 millones de dólares, los inversores están adoptando un enfoque más selectivo, centrándose en operaciones de alto potencial y justo valor.
Con 3.700 millones de dólares listos para su despliegue, según PitchBook, y un interés creciente en sectores como la biotecnología, la sanidad y los servicios financieros, el panorama está maduro para las inversiones estratégicas.
Fondos como Kaszek Ventures, General Atlantic y el recién llegado Bicycle Capital se están posicionando para un retorno gradual a la actividad inversora, centrándose en el crecimiento sostenible y la rentabilidad, según informan Giovanna Bellotti Azevedo y Zijia Song.
Este cauto optimismo es compartido tanto por las startups como por los inversores, y anuncia un periodo de expansión disciplinada y valoraciones más asentadas en el ecosistema tecnológico latinoamericano.
El resurgimiento del interés del capital riesgo, junto con una reasignación estratégica hacia nuevas empresas prometedoras, sugiere una trayectoria de crecimiento más saludable y sostenible para las startups latinoamericanas.
A medida que los inversores vuelvan a comprometerse con el mercado, se espera que el énfasis en la elección de inversiones con criterio impulse una ola de innovación y desarrollo en el floreciente panorama tecnológico de la región.