Contxto – La pandemia de Covid-19 ha tomado tecnología subestimada para convertirla en el mejor invento desde que a alguien se le ocurrio ponerle piña a los tacos al pastor.
Las plataformas de telemedicina son un buen ejemplo porque, reacios a salir de casa y arriesgarse a exponerse al coronavirus, un sinfín de personas en América Latina y el mundo se han dado cuenta de lo práctico que es hablar con un doctor sin ir al doctor.
¿Qué es telemedicina?
En pocas palabras, es cualquier forma de atención médica remota que se lleva a cabo entre un médico y un paciente.
Puede ser a través de un sistema de chat, una videoconferencia o una llamada, incluso los correos electrónicos pueden considerarse telemedicina (pero no, ¿quién quiere leer una biblia sobre el lunarsito que te salió en el brazo?).
Pero bueno, en general se dice que existen tres tipos de telemedicina:
Monitoreo remoto: los pacientes usan dispositivos tecnológicos para examinar sus propios signos (presión, niveles de oxígeno, etc.) y esta información se puede compartir con un doctor para que haga lo suyo.
Almacenamiento y reenvío: consiste en la recopilación de información clínica en un solo lugar y enviarla de forma electrónica a otro para su posterior análisis. Por ejemplo, si el historial médico del paciente se obtiene en una clínica local y luego se envía a un especialista en otra parte del país para su seguimiento.
Encuentros en tiempo real: esta podría ser con la que estás más familiarizado. Consisten en interacciones un poco más en vivo entre un especialista y paciente a través de una videoconferencia, por ejemplo.
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Telemedicina en América Latina durante coronavirus
Antes de la pandemia, la telemedicina no recibía mucha atención. Los pacientes preferían las consultas en persona porque les servía de «consuelo» saber que un profesional los estaba viendo y escuchaba todas sus inquietudes.
En todo caso se consideraba como un enfoque que podía llevar servicios de salud a zonas remotas de América Latina.
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Sin embargo, han crecido en popularidad porque ayudan a los pacientes a examinar sus síntomas y determinar si se contagiaron de coronavirus. Pero estas soluciones también están ayudando a las personas que están preocupadas por otras enfermedades.
Es por eso que las startups que ofrecen este tipo de servicio están teniendo un aumento en la demanda. Pero esos altos niveles de demanda no durarán para siempre. Sin embargo han adquirido muchos usuarios nuevos, muchos de los cuales es probable que regresen incluso después de que las medidas de cuarentena disminuyan.
Aunque quizá lo más importante es que les proporcionan a las personas la tranquilidad de que un profesional los está aconsejando.
Telemedicina en América Latina después de coronavirus
Incluso cuando los encierros se relajen, muchas personas probablemente seguirán reacias a ir a un consultorio. Por eso, no esperes que las plataformas de telemedicina salgan de repente del radar.
Es más, la atención médica remota, especialmente en la forma de encuentros en tiempo real, llegó para quedarse.
En una especie de efecto dominó, las healthtechs que pueden ayudar a digitalizar las recetas también podrán esperar mayores niveles de actividad en el futuro. Sin embargo, esto implica que legisladores y empresas por igual tendrán más trabajo.
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Por ejemplo, la validación de recetas digitales, así como medidas de seguridad para proteger los datos de los pacientes.
Por otro lado, las compañías y las startups adoptarán aún más seguros médicos que cubran servicios y plataformas de salud remota. Es el tipo de beneficio para empleados que se está posicionando poco a poco en la categoría de «imprescindible».
También podemos esperar que las startups diseñen dispositivos más sofisticados para monitorear de manera remota el progreso de los pacientes.
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-ML
Traducido por Alejandra Rodríguez