Finkargo, que financia las importaciones de las pymes en Colombia, recibió recientemente US$75 millones del fondo estadounidense Community Investment Management. Tras crecer localmente, ahora quieren replicar el modelo por toda la región. «Lograr que una pyme mejore sus condiciones en el mercado internacional es lo que nos mueve a diario», dice su CEO, Santiago Molina, quien respondió el cuestionario de Contxto.
¿Qué problema soluciona Finkargo?
Toda empresa que realiza procesos de comercio exterior o accede a cadenas globales de valor es un 40% más productiva que la que no lo hace. Sin embargo, acceder a este mercado es bien costoso. Precios en dólares, negociaciones de anticipos y largos tiempos de recuperación del capital invertido. Muchas complicaciones en el proceso logístico que se terminan traduciendo en capital de trabajo. Al final esto se traduce en que creces con capital propio, pides prestado a la banca tradicional o te apalancas de sistemas alternativos. Para una pyme, utilizar el capital es un tema de qué tan rápido puedo ver el retorno de esa inversión. Con procesos logísticos de 60 o 90 días hasta tener la mercancía disponible, y luego plazos de pago de otros 30 días, es bien difícil mejorar márgenes con la primera opción. La banca tradicional tiene una tasa de aceptación de créditos de un 50% para pymes que realizan operaciones de comercio exterior. Esto quiere decir que uno de cada dos créditos son negados por la banca.
Y finalmente, las alternativas enfocadas en la financiación de importaciones no existían. Y esa fue la razón por que nacimos, para suplir ese hueco de financiamiento y lograr que más empresas accedan a cadenas globales de valor.
–¿En qué se diferencia de otras startups que han intentado esta idea antes?
Lo más bonito de este negocio es que no hay empresas que hayan intentado esto antes. La realidad de nuestro negocio y lo bonito de nuestra propuesta de valor es que utilizamos el mismo activo que hoy para la empresa es una inversión (la mercancía) cómo la garantía de la operación financiera que realizamo. Es decir, cada vez que un cliente nuestro coloca una operación lo que está haciendo es alargar su flujo de caja (utilizar capital ajeno para crecer) y una vez que esa mercancía llega a puerto la operación debe estar al día. Para montar un modelo que resista las variables logísticas que esto conlleva, con las variables financieras hay que tener un motor tecnológico que sea lo suficientemente robusto para entender las complejidades de cada negocio y adaptarse. Eso es lo que amamos de la complejidad de nuestro negocio, la capacidad para adaptarnos y ser flexibles.
–¿Cómo generan ingresos?
Somos una plataforma de financiamiento, ofrecemos capital de trabajo para que las empresas accedan a mejoras en los tiempos de entrega de sus mercancías, creación de nuevas líneas de producto, traer más mercancía y negociar mejor con todos los actores de la cadena logística. Por darle a las empresas acceso a ese financiamiento cobramos intereses sobre el financiamiento ofrecido en el tiempo estipulado (desde 30 hasta 150 días).
–Una startup latinoamericana que admires y por qué.
Cornershop, creo profundamente que el camino a ser una empresa grande y rentable es posible siempre y cuando el proceso, su trabajo y su filosofía esté en línea con su actitud hacia la forma de mejorar la vida de las personas. Lograron ser un unicornio, una venta a una de las mejores empresas de tecnología y crear un producto que la gente quiera usar con una inversión de $30MM de dólares.
–¿Cuál es el próximo paso para la compañía?
Escalar y ayudar a miles de pymes en LatAm. Ya encontramos que hay fit en el mercado, queremos replicar el modelo en Latinoamérica, ya demostramos que el acceso a capital puede cambiar la forma cómo las empresas piensan sus negocios. Ahora es momento de crear sistemas para multiplicar x10 el número de pymes a ayudar.
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