Contxto – Peiky, una startup con el corazón puesto en Colombia (más al respecto a continuación), levantó una ronda puente pre-serie A de US$1.3 millones. Esto demostró ser una hazaña difícil de lograr gracias a nuestro conocido enemigo, Covid-19.
El capital se levantó completamente por inversionistas ángeles. Este se utilizará para avanzar en los actuales planes comerciales y expandir las operaciones a Brasil.
Pero, Peiky también cree que esta inyección de capital la posiciona para avanzar con su ronda serie A. Ciertamente la necesitará para continuar su crecimiento regional para acelerar el crecimiento de lo que llama su “suite de ventas sociales”.
Esta suite es la solución que la startup desarrolló y comercializa como un teclado integrado. Busca mejorar la forma en que las personas venden desde sus dispositivos móviles a través de un chat y las redes sociales.
Así es como lo explicaron con su propio comercial:
En una entrevista exclusiva con el CEO de la startup, Juan Bujanda, Contxto habló sobre las dificultades que Peiky tuvo que superar para cerrar la ronda, lo que significa para el futuro de la empresa y por qué considera a Latam como la región donde debe lanzar su campaña para dominar al mundo.
Ventas sociales en la era de Covid
Obviamente, Peiky no fue la única compañía que sufrió con la aparición de Covid, pero sin duda sintió que llegó justo en el peor momento.
La compañía comenzó las negociaciones para la recaudación de fondos en febrero de 2020, justo a tiempo para que la ronda se viera afectada por la pandemia.
El proceso se estancó.
“No fue fácil”, confesó Bujanda. La startup tuvo que probarle su valor a los inversionistas en épocas difíciles.
“Aceleramos procesos, hicimos reducciones de personal, nos preparamos para lanzar nuevos productos… no me gusta la palabra pivotar; fue más bien una evolución, ya que lo que hicimos fue acelerar lo que ya estábamos haciendo, no cambiar radicalmente de dirección”.
Pero, ya sea que le guste la palabra o no; pivotar fue lo que la mayoría de las compañías del mundo tuvieron que hacer este año.
La forma en que se hacían negocios cambió materialmente en un abrir y cerrar de ojos. Las marcas pequeñas, medianas y grandes de repente tuvieron que adoptar métodos nuevos para llevarle sus productos a las personas.
Muchos recurrieron al e-commerce, pero otros más se movieron a lo que conocemos como “ventas sociales” —el mero mole de Peiky.
Pivotar en lo social, así como en lo digital
“Los likes y las vistas no pagan las cuentas”, dice Bujanda. Probablemente por eso varias compañías grandes están abandonando la publicidad en plataformas de redes sociales. Pero las redes sociales pueden ser una herramienta de ventas poderosa y complementaria al e-commerce “tradicional”.
La idea predominante es que vender cosas en Facebook, WhatsApp e Instagram es para las microempresas.
Sin embargo, las redes sociales pueden ser una herramienta brillante. Crean lo que se conoce como una “comunidad de ventas”, pero solo si puede escalarse de manera eficiente. (Recuerda lo alebrestado que estaba el pobre tipo en el video anterior).
De acuerdo con Bujanda, incluso si no se les permite ir a las tiendas, las personas siguen anhelando una experiencia de ventas consultativa.
Es algo que simplemente no puedes resolver con el e-commerce ni con robots (aún). Preguntas como, “¿Qué teléfono es mejor?” exigen una respuesta de calidad que solo un ser humano puede dar con éxito.
Peiky nació para viajar por el mundo
Al principio dudé en llamar a Peiky una “startup colombiana”. Hay buenas razones para llamarle así: su presidente y fundador, Hernando Varón, es colombiano. El mercado donde lanzaron es Colombia, el cual sigue siendo su mayor mercado. Sus operaciones centrales están en Bogotá.
Sin embargo, dos cosas resaltan. Por un lado, la compañía está legalmente establecida en Toronto. Eso técnicamente la convierte en canadiense según las antiguas definiciones corporativas de nacionalidad.
Pero, esta simplemente ya no es una forma viable de ver las cosas.
“Estamos establecidos en Canadá por razones de inversión; nuestros primeros inversionistas fueron canadienses”, dice Bujanda. Pero por ahora, son latinoamericanos en los demás aspectos.
Esto me lleva a lo que, según mi punto de vista, es la identidad mucho más importante detrás de Peiky.
A fin de cuentas, esta startup forma parte de una nueva clase de globalizadores latinoamericanos. Compañías que ven valor en lanzar, desarrollar y escalar dentro de América Latina para poder catapultarse al resto del mundo.
El mismo CEO es venezolano. Otro entre las cada vez más destacadas filas de los emprendedores emigrados de ese país. Pero este no es su primer emprendimiento. Las raíces de la plataforma de ventas virtual de Bujanda la conectan a Rappi, donde fue líder de producto de Rappi.One.
Expansión en Latam
Peiky cerró acuerdos comerciales con marcas y retailers líderes en Colombia y Ecuador (“Nadie es profeta en su tierra”, dijo Bujanda tras la validación de la incorporación del ecuatoriano Banco del Austro).
En los próximos meses, la compañía también espera expandir la plataforma a México y Brasil.
América Latina es, de hecho, la primera parada de Peiky hacia la meta más amplia de la startup de integrarse en los mercados de EE.UU. y Canadá.
Al final, Peiky quiere convertirse (y viniendo de un exalumno de Rappi esto suena demasiado familiar) en la súper app de las ventas sociales. O la “supersuite de ventas sociales”, como les gusta llamarse a sí mismos.
Una plataforma con una plétora de vendedores. Pero primero, “necesitamos una serie A”, admite Bujanda.
América Latina: plataforma de solución global
La percepción general es que la heterogeneidad es un problema en Latinoamérica. De hecho, a menudo lo es. La desigualdad es una característica principal de una sociedad heterogénea.
Sin embargo, la diversidad de la región permite que diferentes niveles de adopción tecnológica sean considerados e implementados en el mismo espacio.
Por ejemplo, la concepción de Peiky de la experiencia de ventas asesorada. Su suite equilibra la necesidad de automatizar las respuestas para que la interacción masiva sea factible para un vendedor a escala, pero también hay espacio para la interacción humana con ese toque personal.
Es algo que hemos mencionado antes en Contxto, planteando la necesidad de unir la automatización con la personalización. De hecho, esa es la paradoja de las economías de escala digitales: para ser competitivo debes ser masivo, pero debes ser personalizado.
Además, con Covid, Peiky ha demostrado ser un salvavidas para las personas que solían trabajar en planta.
A medida que las empresas migraban a lo digital, muchas despidieron a su fuerza de ventas in situ. Pero no fue así con Peiky, ya que estas personas siguen siendo necesarias para vender en redes.
Resulta que el Covid transformó a los vendedores en vendedores sociales.
Si eso no es un pivote, no sé qué lo sea. Lo siento, tuve que decirlo, Juan.
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-AG
Traducido por Alejandra Rodríguez