El anuncio de Bandec detallaba que las tarjetas, además de en las sucursales bancarias, estarán disponibles en las Casas de Cambio (Cadecas) de toda la isla. Podrán adquirir estas tarjetas diversos grupos, como personas físicas, MIPYMES, cooperativas y trabajadores autónomos. El depósito mínimo es de 50$, con una comisión única por tarjeta de 4$ deducida por el banco.
Estas tarjetas recargables aceptan depósitos en efectivo en divisas autorizadas y transferencias desde el extranjero, sin límite de importe. Sin embargo, la retirada de efectivo tiene un límite de 100 $ o su equivalente al salir del país.
Esta iniciativa parece hecha a medida de los turistas estadounidenses y cubanoamericanos que no pueden utilizar sus tarjetas bancarias en Cuba debido a las restricciones del embargo. Para los viajeros de Europa, Canadá y América Latina, el uso de Visa o Mastercard sigue siendo más directo.
Los recientes anuncios de Cimex también revelaron una tarjeta similar en divisas para compras de combustible e importaciones. A diferencia de la oferta de Bandec, la tarjeta de Cimex convierte los fondos restantes en pesos a la salida del titular.
La tarjeta de Bandec, que puede solicitarse desde el extranjero, no requiere un depósito mínimo para activarse, salvo el coste inicial de 4 $. Funciona con una clave numérica, lo que permite realizar transacciones anónimas.
A pesar del entusiasmo de Bandec, la iniciativa se ha enfrentado al escepticismo de los clientes sobre su viabilidad y claridad, especialmente para los residentes cubanos. Se han planteado dudas sobre las posibilidades de la tarjeta en los mercados mayoristas y en las compras de combustible con las tarjetas MLC (moneda de libre convertibilidad) existentes. La medida refleja la estrategia más amplia del gobierno de retener las divisas, aunque los salarios se mantengan en pesos, lo que provoca frustraciones tanto entre los cubanos como entre los viajeros internacionales.