Startups y juventud caminan de la mano. O eso es lo que nos han dicho. Por algo no hay películas de founders sub 43 creando empresas tecnológicas. Pero, aunque confiemos mucho en Hollywood, no perdemos nada investigando, ¿cierto? Pues resulta que tener más de 40 al momento de fundar una startup es un muy buen predictor de su éxito. Lee esta nota y entenderás por qué.
Empezar tu startup estando en la universidad, encontrar un problema, buscar incansablemente su solución, echar a andar la máquina, encontrar tracción y luego levantar capital, expandirse, llegar a mercados nuevos, transformarte en un referente de la industria y retirarte —si así lo quieres— a los 40 años.
Parece una historia sacada desde la imaginación de Hayao Miyazaki, el genio detrás de Studio Ghibli que pone al frente de sus aventuras a jóvenes muy jóvenes, personas decididas y valientes, capaces de soportar desafíos de la vida. Las historias de Miyazaki son épicas, aunque siendo quisquillosos no reflejan necesariamente su vida, pues él fundó su disruptivo estudio de animación a los 44 años.
«A los 40 reclutas mejor, tienes más validadores, es más probable que personas talentosas quieran trabajar contigo porque generas más credibilidad»
Diego Villegas, CEO y co-fundador de Slang.
Tal vez te sorprenda, pero la edad promedio de los fundadores de las empresas nuevas más exitosas, aquellas con un crecimiento en el 1% superior de su industria, es de 45 años. El dato fue publicado el año 2020 por Pierre Azoulay, Benjamin F. Jones, J. Daniel Kim y Javier Miranda, investigadores del MIT, Northwestern y Wharton con los datos de la Oficina del Censo de EEUU.
En el abstract explican:
“Muchos observadores e inversores creen que los jóvenes son especialmente propensos a producir las empresas nuevas más exitosas. Integrando datos administrativos sobre empresas, trabajadores y propietarios, estudiamos sistemáticamente las nuevas empresas en EEUU y encontramos que los emprendedores exitosos no son jóvenes. La edad promedio de fundación de empresas que están en el 1% de más rápido crecimiento es de 45.0 años”.
Tal vez estás pensando: “Claro, pero lleva los datos sólo a emprendimientos centrados en tecnología”.
La investigación respondería: “Los hallazgos son similares al considerar sectores de alta tecnología, centros de emprendimiento y exit de empresas exitosos. La experiencia previa en la industria específica predice tasas mucho mayores de éxito empresarial”.
El colombiano Diego Villegas, CEO y co-fundador de Slang, startup de de inglés para profesionales, es perfecto para hablar de este tema. Ya a los 17 años junto a su hermano se habían hecho cargo de la empresa familiar de servicios petroleros MASA. Con Diego a la cabeza, el negocio pasó de ser un emprendimiento familiar a ser adquirido por la multinacional Stork. “Me tomó 18 años llegar a los 200 millones de dólares”, recuerda.
Esa experiencia —y un posterior MBA en el MIT— lo llevó a conectar con otras personas e historias. Se enfrentó a nuevos problemas que lo llevaron a fundar Slang, cuando él ya estaba en sus 40. “A los 17 era inmaduro y quizás lo más peligroso es que no sabía que lo era. El Diego de esa época tal vez era muy ingenuo, entonces cometía muchos errores. Eso cuesta dinero y velocidad”, explica desde Boston, donde vive. “El Diego de ahora es una persona que tiene más conocimiento en diferentes áreas y entiende lo importante que es crear un gran equipo”.
Quizás este es el punto donde más diferencia hace un emprendedor de mediana edad. Así lo explica Diego:
“A los 40 eres mucho más obsesivo con el equipo. Entiendes la importancia del talento para la productividad, para ser más eficientes. Eso lo aprendes con la experiencia, lo sufres. A mucha gente joven le pasa que dicen que el equipo es muy importante, pero de ahí a que lo ejecute bien, eso es otra historia. A los 40 reclutas mejor, tienes más validadores, es más probable que personas talentosas quieran trabajar contigo porque generas más credibilidad”, agrega.
Tal vez hemos crecido con historias épicas que no nos han dejado ver la importancia de la experiencia. Después de todo, sorprende que Steve Jobs, Bill Gates, Mark Zuckerberg y otros fundaron sus empresas teniendo 21 o menos y en condiciones inauditas como un garaje o un dorm universitario.
Iniciativas como la de Peter Thiel, el fundador de Paypal, que entrega becas de 100 mil dólares para quienes tengan una buena idea de startup y hayan dejado la universidad, potencian esta idea. Se le suman declaraciones como la de Paul Graham, cofundador de Y Combinator, al New York Times, transcritas en el estudio que inspiró esta nota: “El límite en la cabeza de los inversionistas es 32. Después de los 32, comienzan a ser un poco escépticos”.
“Es que suena muy cool. Hay un tema de adopción tecnológica que es más natural entre los más jóvenes y mucho marketing en base al concepto hollywoodiense de armar una startup en Standford o en un garaje”, explica David Fernández, gerente de Endeavor Biobío y académico de la Universidad de Concepción, de Chile. Pero ese marketing ha ido cediendo a la realidad. Fernández lo vio en su paso de 10 años por la aceleradora Startup Chile. “En mi experiencia allí, fuimos viendo cómo la edad de los founders de las empresas seleccionadas fue subiendo. Al comienzo la mayoría tenía 25 años, hoy van en los 34”.
René Lomelí, de 500 Global LatAm, ahonda en este punto: “No tengo el dato exacto, pero el promedio de edad de los fundadores de las startups con las que nosotros trabajamos debe andar por los 30 años. Es una edad donde puedes tomar el riesgo de empezar desde cero y además tienes experiencia. El perfil de founder mayor de 40 es muy interesante, sobre todo si vienen a emprender en la industria de la que son expertos. Pero son menos los que se atreven a dar el salto al emprendimiento porque tienen más que perder. Es algo que se marca más en Latinoamérica que por ejemplo en Silicon Valley”.
«El perfil de founder mayor de 40 es muy interesante, sobre todo si vienen a emprender en la industria de la que son expertos»
René Lomelí, 500 Global LatAm
Una idea que respalda Diego Villegas, con la experiencia de ser un colombiano viviendo en Boston: “Creo que en EEUU funciona bien el sistema de deuda personal, las personas tienen más colchón financiero para tomar riesgos. El sistema educacional acá es muy bueno y está asegurado, además puedes tener asegurada tu casa. En Latinoamérica cuesta mucho más, un buen colegio allá es privado y caro y las tasas de interés para comprar una casa son muy altos”.
El asunto es la creatividad
También en el estudio del MIT recuerdan una declaración que hizo Vinod Khosla, cofundador de Sun Microsystem, en una conferencia en 2011: “Las personas menores de 35 años son las personas que hacen que el cambio suceda. Las personas mayores de 45 básicamente mueren en términos de nuevas ideas”.
No es una declaración muy afortunada, pero tal vez tenga un punto. Si pensamos en la música, por ejemplo, la creatividad parece apagarse después de los 40 años y buena parte de los artistas que admiramos se dedican a reciclar su propio material una vez que cruzan ese umbral.
Entonces tiene sentido preguntarse: ¿hay relación entre creatividad y edad? Para empezar un ejemplo que destruye el párrafo anterior: “Mira el caso de Patti Smith. Gran música, musa del punk, se reconvirtió a los 77 años a la literatura con un batatazo que fue su libro Just Kids. Ahora es una gran escritora y es un ejemplo súper interesante de reconversión creativa en una persona mayor”
Las palabras son de Trinidad Zaldívar, jefa de la Unidad de Creatividad y Cultura del BID. Allí trabaja, estudia y fomenta la industria creativa que va desde quienes escriben poesía como Patti hasta quienes crean softwares como Diego. “En general, en el banco hemos visto que hay más emprendimientos de jóvenes. Pero los emprendimientos de personas mayores son mucho más duraderos y exitosos en el tiempo. Entonces a partir de esto podemos decir que la creatividad no se agota, sino que se expresa de maneras diferentes según la edad. Una persona mayor o muy mayor puede seguir siendo muy creativa. El científico que inventó las baterías de los celulares, patentó otra batería [en 2017] que dura muchísimo más. Tenía 94 años en ese momento”.
Un pensamiento que refuerza la experiencia de Diego Villegas: “Primero creo que la creatividad es un mindset de vida. Lo segundo es que el conocimiento es un prerrequisito de la creatividad y la innovación. Uno no se despierta e inventa la Coca Cola. No pasa que un día de aburrido e inventas el microondas. Si la creatividad fuese algo así como una chispa podríamos verla en disciplinas adyacentes, es decir un ingeniero de sistemas inventando la cura contra el cáncer, o alguien que está investigando el cáncer que crea un algoritmo de machine learning”.
–¿Eso no es así?
–No es así, nunca pasa. El que descubre algo del cáncer es porque estuvo investigándolo por muchos años. No eres creativo en un área que no conoces y la creatividad es una propiedad emergente del conocimiento humano. Tú conoces ciertos campos y el cerebro humano completa la visión de eso y se le empiezan a ocurrir otras cosas. Por ejemplo, conoces el modelo de suscripción del tipo Netflix, conoces de desarrollo de producto, aprendiste de e-commerce, trabajaste un tiempo en logística. Todo eso se te mezcla en la cabeza y fundas una empresa como Amazon.
“Los emprendimientos de personas mayores son mucho más duraderos y exitosos en el tiempo”
Trinidad Zaldívar, jefa de la Unidad de Creatividad y Cultura del BID.
Trinidad agrega: “Lo que se considera como creatividad muchas veces es eso que se genera en la juventud y no se le llama igual a la creatividad expresada en otros momentos de la vida. Entonces tendríamos que hablar de creatividades, no hay una sola”.
Tiene sentido. Como también la idea de que la experiencia te ayuda a crear nuevas soluciones, a encontrar nuevas perspectivas para crear. Como lo hizo Franz Freudenthal en Bolivia, Patti Smith con el arte, o Diego con Slang.
¿No le interesará a Hollywood contar sus historias?
Imagen principal: Diego Villegas, CEO y co-fundador de Slang. (Foto: Slang)
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