Tras incorporarse en diciembre, las preocupaciones de Carlesi reflejan el posible éxodo de talentos de Londres, y aboga por políticas favorables a las start-ups a través de su participación en el «Consejo Unicornio».
A pesar de que Revolut está considerando Londres para su salida a bolsa, el cofundador Nik Storonsky ha expresado su preocupación por la normativa británica. Carlesi, centrada en resolver los problemas operativos y a la espera de una licencia bancaria británica, se alinea con la ambición de Revolut de rivalizar con los gigantes tecnológicos mundiales aprovechando su amplia presencia internacional y sus innovadores servicios financieros.
En medio de sus esfuerzos por conseguir una reputación de confianza, Carlesi se enfrenta a retos internos, como la transparencia financiera y la cultura organizativa, aspirando a un enfoque de liderazgo transformador.