Contxto – La fintech mexicana Enso está entrando a la competencia de las tarjetas. Esta semana presentó su tarjeta de débito y también anunció que su socio para estos pedazos de plástico es ni más ni menos que Mastercard.
Rafael de la Parra, su cofundador y CEO, declaró que la startup espera distribuir 30,000 tarjetas este año entre sus usuarios. También se está trabajando para integrar a su sistema con CoDi, un sistema de pagos electrónicos desarrollado por el gobierno mexicano.
En el futuro, la startup planea lanzar más productos financieros, como una tarjeta de crédito y, para 2022, espera ser un neobanco completamente operativo.
Los clientes insatisfechos son oportunidades para las fintechs
Durante la presentación de la tarjeta, el ejecutivo también habló sobre los resultados de una encuesta que llevaron a cabo. Al parecer, las personas están hartas de los bancos tradicionales.
«Sabemos que setenta por ciento de las personas encuestadas están insatisfechas con sus servicios financieros», dijo Parra. «Señalaron a los horarios restringidos, las largas filas y tiempos de espera y las deficiencias en servicio al cliente como las razones».
Díganme algo que no sepa.
Sin embargo, esto sí sugiere que todavía queda mucho espacio para que las fintechs, los neobancos y la banca en ascenso o lo que sea que pudiera surgir en el futuro, se enfrenten a estas instituciones bancarias de antaño.
Como otras fintechs que ya hemos explorado, Enso ofrece una aplicación para recibir y mandar dinero. También le permite a los usuarios realizar compras en línea así como retirar efectivo en cajeros con sus tarjetas.
Las tarjetas físicas podrían ser puentes hacia lo digital
Todavía hay cierto grado de desconfianza hacia estas soluciones de fintech.
Por lo que una manera de atraer a los usuarios y ganarse su confianza es mediante una tarjeta tangible. Es decir, un símbolo del mundo de la banca que ya conocen y odian. Sin mencionar su practicidad para acceder al efectivo.
También es una estrategia clave para presentarlos a las maravillas de las billeteras electrónicas.
Pero, oye, por algo se empieza, ¿no?
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-ML
Traducido por Alejandra Rodríguez