el uso de la tecnología de 2 cineastas mexicanos ganadores del oscar
Contxto – Ya terminaron los Premios de la Academia y, si bien no hay duda de que los actores y actrices fueron los protagonistas de esta ceremonia, la tecnología también juega un papel en la creación de estas películas que nos hacen reír, llorar o querer gritarle a la pantalla.
Por lo tanto, hoy me gustaría hablar sobre dos innovaciones tecnológicas implementadas por el dúo mexicano de cineastas ganadores del Óscar. Como dos de los “tres amigos”: Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón.
La forma del agua
Guillermo del Toro, un maestro de la narración sobre historias de monstruos y fábulas, nos fascinó con una nueva versión de El monstruo de la laguna negra en su galardonada película.
El reto fue crear una criatura que, por no poder comunicarse, fuera tan expresiva y simpática como un ser humano común. Para lograr el cometido, el director mexicano hizo equipo con la productora de efectos visuales, Mr. X.
Combinar la visión del director con las implicaciones técnicas del proyecto, dió como resultado una mezcla de prótesis e imágenes generadas por computadora (CGI). Es decir, métodos tradicionales y tecnología.
Doug Jones, es el nombre del actor que le dió vida a la criatura con un traje prostético de cuerpo completo, mientras tanto, los profesionales en Mr. X agregaron efectos digitales.
Solo para las escenas que sucedieron completamente bajo el agua, la criatura fue creada de forma completamente digital. Por ejemplo, cuando está en el tanque.
Por mi parte estoy ansiosa por las próximas aplicaciones tecnológicas de este director tapatío para su próxima película animada de stop motion, Pinocchio en Netflix. Tendremos que esperar hasta el 2021.
Gravedad
La primera vez que oí hablar sobre Cuarón, fue por su trabajo como director en Harry Potter y el Prisionero de Azkaban. Pero desde entonces ha emprendido otros proyectos, como la película del 2013, Gravedad.
El cineasta originario de Ciudad de México tuvo sus propios retos con el espacio exterior.
Para capturar la forma en que se refleja la luz en la cara de un personaje mientras gira sin control en el espacio, al director de fotografía Emmanuel “El Chivo” Lubeski se le ocurrió una solución innovadora: la Caja de Luz.
“La caja” consistía de 196 paneles, cada uno con 4,096 diodos emisores de luz (LEDs por sus siglas en inglés). Dentro de ella, estaban los actores y pedazos del set. Estos paneles eran controlados individualmente por los técnicos audiovisuales mediante un software. Por cegadora y claustrofóbica que haya sido para Bullock y Clooney, el efecto visual final es impresionante.
Por otro lado, algunas partes de la película, como los trajes espaciales de los actores fueron generados completamente por computadora.
“Creí que la película sería mucho más simple”, dijo Cuarón, “no fue sino hasta que comenzamos a intentar con técnicas convencionales que me di cuenta… íbamos a tener que crear algo completamente nuevo, queríamos que pareciera que nos habíamos llevado la cámara al espacio”.
Misión cumplida, Cuarón.
¿Y tú, Iñárritu?
Con respecto al tercer “amigo” Alejandro González Iñárritu, ese diablillo escurridizo. En una entrevista con The Guardian, el director esquivó varias preguntas sobre los secretos detrás de ese oso increíblemente realista. Ya sabes, el que casi mata a Leonardo DiCaprio en El Renacido.
Tal vez algún día nos lo comparta.
O continuará jugando a la carta de “un mago nunca revela sus secretos”.
Yo apuesto por esa última, no la llaman “la magia del cine” por nada.
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-ML
Traducido por Alejandra Rodríguez
