Cómo podemos aprovechar mejor el impulso natural de las mujeres latinas de fundar empresas para hacer crecer el sector tecnológico en América Latina

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A pesar de que en el mundo del emprendimiento las mujeres fundadoras reciben menos del 2% de la financiación de capital de riesgo en todo el mundo, Latinoamérica representa una gran oportunidad de crecimiento para las mujeres emprendedoras que están creando nuevas empresas. 

De acuerdo con el último informe Global Entrepreneur Monitor, la tasa de creación de nuevas empresas fundadas por mujeres en América latina es de un 21,2%. Aunque este porcentaje es bajo, es superior al de otras regiones debido a que la actividad económica predominante es la informal.

América Latina ya cuenta con lo que otras regiones no tienen: el impulso natural de las mujeres por querer emprender su propia empresa. El reto, sin embargo, está en cómo llevar ese impulso a empresas más grandes, así como al ecosistema de las startups tecnológicas. 

Si bien se han alcanzado algunos logros, existe una serie de estrategias que se pueden hacer más desde los sectores público y privado para apoyar a las mujeres fundadoras en la región, como poner más énfasis en la construcción de comunidades inclusivas, promover el acceso a las nuevas tecnologías y establecer métricas responsables para invertir en empresas lideradas por mujeres. 

1. Crear comunidad

En promedio, las mujeres en cargos directivos generan el doble de ingresos que sus homólogos masculinos en una compañía. Las mujeres con este tipo de cargos pueden moderar la toma de riesgos de los directores ejecutivos, mejorando la toma de decisiones y los resultados para toda la empresa. Sin embargo, se necesitan espacios que permitan el compartimiento de saberes entre la misma comunidad. 

En países como Argentina, Perú, Colombia y Brasil existen diversos programas tecnológicos enfocados en mujeres, permitiéndoles un espacio seguro y de aprendizaje Algunas de las propuestas llegan de la mano de WISE Latinoamérica y Rede Mulher Emprende Brasil, respectivamente.

En México, la universidad Tecnológico de Monterrey ha desarrollado una serie de programas dirigidos a mujeres fundadoras. Por ejemplo, el seminario Liderazgo consciente para mujeres ejecutivas se centra en potenciar el proceso de transición de las mujeres ejecutivas a puestos de mayor liderazgo, mediante la comprensión de su personalidad, el desarrollo de competencias clave y sesiones de coaching.

Además, anualmente se otorga el Premio Mujer TEC, un reconocimiento a mujeres tanto dentro como fuera de la comunidad universitaria, cuyo liderazgo, trayectoria y aportaciones han impactado a otras mujeres en diversos ámbitos profesionales.

Otros programas como Mujeres que Impactan, y Emprendedora LAC de Endeavor también brindan apoyo y visibilidad a aquellas empresarias que buscan una plataforma para compartir sus experiencias y trabajo en una compañía, permitiendo espacios de networking y conexión.

2. Promover la digitalización

En el mundo de las startups existe un problema común: el acceso a la tecnología. En un estudio en el cual tuve la oportunidad de participar, se evidenció que la falta de recursos financieros impide la adquisición de tecnología, especialmente para la producción y fabricación, lo cual es crucial en el proceso de creación de valor. Esta limitación conduce a la implementación de procesos más manuales o al uso de baja tecnología.

Además, según datos de la CEPAL, solo el 36% de las MIPYMES en América Latina tiene un sitio web propio y apenas el 16% utiliza herramientas de comercio electrónico. En México, las cifras son aún más bajas: sólo el 28% de las MIPYMES tienen sitio web y el 11% utilizan comercio electrónico. Esta situación representa un reto significativo para las empresarias que recién están iniciando, especialmente considerando que una gran proporción de nuevos emprendimientos forma parte de la economía informal y que en las zonas rurales el acceso a tecnología es aún más limitado.

Créditos de imagen: Unsplash

Los responsables de la formulación de políticas y los líderes de los principales gremios empresariales pueden aprovechar el imperativo que impulsó a tantas mujeres propietarias de empresas a adoptar herramientas digitales. Una de ellas sería ofrecer programas de capacitación que permitan a las mujeres utilizar las habilidades digitales con mayor éxito, haciendo así crecer sus mercados, accediendo a financiamiento para el crecimiento y cosechando eficiencias operativas.

Chile cuenta con diversas iniciativas de apoyo a la digitalización de las pymes, destacándose el programa Digitaliza tu Pyme. En Colombia están los Centros de Transformación Digital Empresarial que lideran sectores como iNNpulsa, cámaras de comercio, gremios empresariales, cajas de compensación e instituciones de educación superior, proporciona servicios de capacitación, diagnóstico digital, diseño de estrategias de transformación digital, implementación de soluciones tecnológicas y acompañamiento.

En Costa Rica, el proyecto de Centros Comunitarios Inteligentes (CECI), laboratorios equipados con computadoras de última tecnología que ofrecen programas de capacitación para las pymes. En México, existe el Centro de Desarrollo Empresarial para PyME del Tec de Monterrey, que busca fomentar la digitalización de este tipo de empresas.

3. Acceso a financiamiento

El 73% de las mujeres emprendedoras en Latinoamérica no pueden acceder a apoyos de instituciones financieras debido a las brechas de género, los estereotipos y la falta de herramientas financieras y financiamiento adaptado a sus necesidades. Como resultado, estas mujeres terminan iniciando sus emprendimientos con ahorros propios o de sus familias, asumiendo el riesgo de poner en juego todo su patrimonio, ya que el sector financiero no las tiene en cuenta.

Por eso, los bancos públicos de desarrollo (BPD) ofrecen hoy una variedad amplia de programas y productos financieros para mujeres. La mayor parte de esa oferta se registra en capital de trabajo y préstamos de inversión con tasas de interés más bajas.

Por ejemplo, la iniciativa de Financiamiento para Mujeres Emprendedoras es un programa global del Banco Mundial que busca aumentar el acceso al financiamiento para mujeres emprendedoras en países en desarrollo. Ofrece financiamiento, asistencia técnica, y oportunidades de networking a través de una red de socios implementadores. Lo mismo hace el Fondo Multilateral de Inversión. Pro Mujer también ofrece una variedad de servicios financieros y no financieros a las mujeres emprendedoras, incluyendo préstamos, capacitación empresarial, y asistencia técnica.

Si bien estas iniciativas son importantes, lo cierto es que no son suficientes para lograr el objetivo de cerrar la brecha de género que hay en el acceso a financiación. 

Para ello, es esencial que sectores de nicho como los inversores ángeles y los inversores de capital riesgo establezcan métricas internas para garantizar que un porcentaje de sus inversiones en América Latina se destinen a empresas fundadas por mujeres. Esto tiene sentido ya que según un estudio de First Round Capital las inversiones realizadas en empresas dirigidas por mujeres superaron el retorno de inversión en un 63% frente a aquellas empresas dirigidas por hombres.

La región está en el camino correcto para convertirse en un líder mundial en lo que respecta al empoderamiento de mujeres emprendedoras para crear y liderar la innovación. Sin embargo, aunque las mujeres representan más de un tercio de los fundadores en algunas industrias, aún enfrentan prejuicios y reciben menos capital que sus contrapartes masculinas.


Odille Sánchez es la Líder del Centro de Excelencia de Emprendimiento de Base Científico-Tecnológica del Tecnológico de Monterrey. El Centro ha ayudado a crear programas de aceleración para empresas y gobiernos, incluido el estado de Jalisco, México y la Fundación José Cuervo.

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