A nivel global, la mayoría de los 130 millones de bebés que nacen cada año consume fórmula infantil en algún momento de sus primeros meses de vida. Aproximadamente el 50% de las madres percibe que su producción de leche es insuficiente, y tres de cada cinco lactantes no reciben leche materna en su primera hora de vida. Esta es una realidad que están combatiendo desde Harmony Baby Nutrition, una startup que usa biotecnología para crear una formula de leche materna.
Durante décadas, las alternativas para estos niños y sus familias han sido limitadas, de sabor desagradable y con una composición nutricional que apenas alcanza similitud con el estándar de oro: la leche materna. Esta brecha no solo representa un desafío cotidiano para millones de padres, sino que tiene implicaciones profundas en la salud a largo plazo.
Según la ciencia, los primeros 1,000 días de vida determinan en gran medida cómo se desarrollará, reparará y envejecerá el cuerpo de una persona. Una mala nutrición en esta etapa puede alterar el desarrollo de órganos vitales y aumentar el riesgo de enfermedades crónicas en la edad adulta, como diabetes tipo 2, obesidad y problemas coronarios.
Frente a este desafío nace desde Brasil la startup Harmony Baby Nutrition, una biotech con base en el MIT, no solo está creando una fórmula infantil hipoalergénica, sino que está redefiniendo el estándar científico del sector. Su innovación radica en haber logrado una composición un 50% similar a la leche humana, un salto monumental frente al 3% de las fórmulas convencionales.
«Esta es mi segunda aventura en nutrición infantil, y mi motivación siempre ha sido profundamente personal, arraigada en las luchas reales que enfrentan los bebés y las familias», explica a Contxto su fundador y CEO, Wendel Afonso. La inspiración nació de dos experiencias que marcaron un antes y un después. La primera, durante su época como investigador, al conocer a una niña con fenilcetonuria (PKU) que celebraba poder comer, por primera vez, un plátano. «Para estos niños, fuentes comunes de proteína pueden causar daño cerebral severo. Verla celebrar algo tan simple… fue aleccionador y desgarrador».
La segunda experiencia fue en casa. «Cuando a mi hija Ana le diagnosticaron alergia a la proteína de la leche de vaca, experimenté de primera mano lo limitadas y desagradables que eran las opciones de fórmula existentes. Supe que podíamos hacerlo mejor. Que la ciencia podía crear algo que no solo satisficiera necesidades nutricionales, sino que trajera consuelo y alegría».
El respaldo de Brasil a un desafio global
El compromiso de Harmony acaba de recibir un impulso estratégico que les permitirá escalar a otros mercados. La startup fue seleccionada para recibir R$31.8 millones (aproximadamente $5.8 millones de dólares) en una convocatoria pública del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (BNDES) y la Agencia Brasileña de Innovación (Finep). Esta inyección de capital forma parte de la política industrial Nova Indústria Brasil, que ha destinado R$3 mil millones para impulsar la innovación nacional.
Los fondos están específicamente destinados a establecer un Centro de Investigación y Desarrollo en Belo Horizonte, que se enfocará en desarrollar fórmulas infantiles inspiradas en la leche humana mediante procesos de fermentación de precisión.
«Los fondos se utilizarán para escalar la producción para nuestro primer lanzamiento comercial y para construir la infraestructura comercial necesaria para llegar a las familias que dependen de productos como el nuestro», detalla Afonso.
«Hasta ahora, nuestro equipo se ha compuesto principalmente de científicos enfocados en I+D. A medida que hacemos la transición del desarrollo a la entrada en el mercado, necesitamos expandir nuestras capacidades en manufactura, calidad, marketing y soporte al cliente», añade el CEO.
Más que una fórmula: una plataforma tecnológica
La compañía concibe su evolución en tres generaciones tecnológicas. La Gen 1, donde se enmarca su primer producto Melodi (una fórmula especializada para niños pequeños), ya ha demostrado un 61% más de preferencia sensorial que los productos hipoalergénicos estándar. Está diseñada para niños alérgicos y sensibles.
La Gen 2 introducirá por primera vez en el mercado proteínas de leche humana producidas por fermentación, acercándose aún más a la biología funcional de la leche materna, y finalmente la Gen 3 buscará el hito final: reemplazar completamente las proteínas de leche de vaca por proteínas idénticas a las humanas, haciendo posible una nutrición infantil completa sin depender de la ganadería.
Este avance no es solo nutricional, sino también ambiental. La producción de leche de vaca constituye más del 80% de la huella de carbono de las fórmulas infantiles convencionales. «Al reemplazar parte de esos ingredientes lácteos por componentes producidos por biotecnología, ya vemos una reducción significativa en emisiones y uso de agua», afirma Afonso. El objetivo a largo plazo es reducir a la mitad la huella ambiental del sector.
El trabajo de Harmony se enmarca en una revolución más amplia en la ciencia de la longevidad, que ha dejado de preguntarse solo cuánto vivimos para enfocarse en cómo vivimos. La evidencia científica es contundente: los cimientos para una vida larga y saludable se construyen en los primeros 1,000 días. Una nutrición óptima en esta etapa sienta las bases metabólicas, cognitivas e inmunológicas para toda la vida.
Por eso, el mercado está virando hacia la prevención proactiva. El 60% de los consumidores ya considera el envejecimiento saludable una prioridad «máxima» o «muy importante», según McKinsey. Y esta demanda está catalizando innovaciones paralelas, como las de Tiny Health que ofrece pruebas caseras del microbioma infantil para detectar desequilibrios años antes de que aparezcan síntomas, o Sun Genomics, que crea probióticos personalizados basados en el perfil intestinal único de cada persona.
«Llevar un producto clínicamente sensible al mercado siempre viene con capas de regulación, y con razón», reconoce Afonso sobre el camino que viene, con lanzamientos planeados para Brasil en 2027 y expansión internacional en 2028. «Pero la clave es la preparación. Hemos construido nuestros procesos desde el primer día con estándares globales en mente».
Al final, la visión es simple pero poderosa: cerrar la brecha entre la leche materna y la nutrición infantil accesible, demostrando que la ciencia de vanguardia y la sostenibilidad no son un lujo, sino una necesidad básica para las próximas generaciones. No se trata de reemplazar a la madre naturaleza, sino de honrar su diseño con las herramientas del futuro.
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