Mike Lynch, otrora célebre empresario tecnológico británico, va a ser juzgado en San Francisco por haber orquestado presuntamente el mayor fraude de la historia de Silicon Valley.
Los fiscales estadounidenses acusan a Lynch de falsificar las cuentas de su empresa de software Autonomy en los dos años anteriores a su venta a Hewlett-Packard por 11.700 millones de dólares en 2011. Lynch, junto con el ex vicepresidente financiero de Autonomy, Stephen Chamberlain, se enfrenta a 16 cargos de fraude electrónico y de valores, cada uno de los cuales puede conllevar una condena de 20 años.
El juicio se celebra tras una serie de reveses para Lynch, y el juez Charles Breyer ha limitado las pruebas que puede presentar en su defensa. Se espera que Meg Whitman, ex consejera delegada de HP, que acusó a la dirección de Autonomy de fraude que condujo a una quita de 5.000 millones de dólares, sea una testigo clave. Lynch sostiene que es el chivo expiatorio de la mala gestión de Autonomy por parte de HP tras la adquisición, pero el juez ha descartado la mayoría de las pruebas relacionadas con los acontecimientos posteriores al acuerdo.
Los fiscales se basarán en gran medida en los testimonios de antiguos empleados de Autonomy, entre ellos Christopher Egan, antiguo director del negocio de la empresa en EE.UU., que llegó a un acuerdo con los fiscales tras ser acusado.
Se espera que el caso arroje luz sobre el funcionamiento interno de una de las adquisiciones más controvertidas de la historia de Silicon Valley, poniendo en juego la reputación de algunos de los nombres más importantes del mundo de la tecnología.