El talento latinoamericano está volviéndose muy atractivo. Cada vez son más las empresas que buscan contratar a profesionales argentinos, colombianos o mexicanos; en parte por el crecimiento de los unicornios regionales, y en parte también por el déficit de trabajadores en países como EE.UU.
Según un reporte de la empresa de nómina remota Deel Inc., la tasa de contrataciones de ingenieros de software y ejecutivos de cuenta en Latam incrementó un 286% en la segunda mitad del 2021, más que en cualquier otra parte del mundo.
Esto es una buena noticia para los profesionistas latinoamericanos, pero también para instituciones educativas que están ayudándolos con sus carreras. En especial, las edtech, que son lo suficientemente ágiles para modificar sus currículos de estudio de acuerdo con las cambiantes necesidades del mercado.
Varias empresas edtech regionales –que juntas rompieron récord de inversión el año pasado– ofrecen cursos y programas educativos vía remota. Los formatos más populares para hacerlo suelen ser dos: videos pre grabados con acceso ilimitado para los alumnos, y clases en línea en horarios específicos. Esta última es la apuesta de Coderhouse, una edtech argentina co fundada y dirigida por Christian Patiño.
La empresa tiene 40 mil alumnos activos a quienes ofrece varias categorías de cursos en vivo: programación, marketing, diseño UX/UI, ciencia de datos y análisis de datos. Desde hace poco, Coderhouse también ofrece una serie de cursos sobre crypto en alianza con el exchange de criptomonedas Bitso.
Platicamos con Patiño sobre la propuesta de valor que Coderhouse ofrece para el sector edtech en Latam, cómo surgió hace casi diez años en Buenos Aires, y cuáles son sus planes de crecimiento a corto plazo.
Contxto (C): ¿En qué se diferencia Coderhouse de otras empresas de edtech regionales?
Christian Patiño (CP): Somos la única plataforma online que da clases en vivo a gran escala. Hay otras que lo hacen con menos estudiantes, pero nosotros tenemos miles de personas en toda Latinoamérica. En un curso promedio puede haber 60 personas a las que, gracias a nuestra metodología, les podemos dar un servicio personalizado.
Agrupamos a los alumnos en cursos que arrancan en una misma fecha, pero los separamos en grupos, cada uno con un profesor en vivo. Por cada 25 alumnos tenemos un tutor que los mantiene motivados. Creemos que el engagement del alumno en una clase presencial es muy distinto al que tiene en una clase pre grabada.
C: ¿Quiénes son los estudiantes y profesores que toman e imparten los cursos en Coderhouse?
CP: Por lo general, son profesionales que tienen cierto nivel académico, que ya terminaron la universidad pero que se están dando cuenta que ahí no obtuvieron las herramientas necesarias para el mercado laboral. Tenemos muchos diseñadores gráficos que sólo aprendieron Photoshop e Illustrator; si quieres ser un excelente diseñador necesitas UX/UI, saber diseñar una app para móvil, una página web, etcétera. Nuestros alumnos saben que deben actualizarse para conseguir mejores oportunidades laborales.
Por otro lado, la gran mayoría de los profesores en Coderhouse no lo son de profesión; son personas que tienen un trabajo y se desempeñan en empresas. Por ejemplo, tenemos programadores de Mercado Libre y Rappi que dan clases con nosotros de manera part time. No están empleados de tiempo completo con nosotros, sino por hora, lo cual ayuda a que esta experiencia sea sumamente rica para los estudiantes. Ellos valoran recibir clases de alguien que trabaja todos los días en ese tema.
C: ¿Cómo y por qué nace Coderhouse?
CP: Arrancamos a finales de 2013. Yo siempre quise emprender en tecnología, pero no sabía programar ni conocía a alguien que supiera. Así que decidí comenzar con plataformas de videos pre grabados, pero esa experiencia no me gustó nada y en Buenos Aires no había entonces algún instituto que ofreciera cursos de programación. Así que en ese momento nació Coderhouse. Quise crear la escuela a donde me hubiera gustado asistir.
Me asocié con un amigo de secundaria y con sólo $5 mil dólares cada uno fuimos sumando más cursos a nuestro sistema, que era súper chiquito y presencial. En 2019 decidimos llevar todo nuestro conocimiento y aprendizajes de un negocio presencial a uno en línea. Tuvimos mucha suerte porque hicimos el cambio cinco o seis meses antes de la pandemia, y desde entonces no hemos dejado de crecer.
C: ¿De qué manera han obtenido financiamiento para crecer?
CP: Siempre fuimos bootstrapped. Arrancamos con nuestros propios ahorros y no levantamos capital hasta finales de 2020. Con el crecimiento que tuvimos entonces, solicitamos ingresar a Y Combinator y ese fue nuestro camino hacia el mundo del VC.
Levantamos una ronda semilla de $500 mil dólares por parte de los principales fundadores de Nubank, Rappi y Bitso. Un mes después, levantamos una serie A de $13.5 mdd liderada por Monashees, para quienes fuimos su primera inversion en Latam. Todo esto pasó durante el 2021.
C: ¿Cuáles son sus planes de crecimiento, incluyendo mercados y oferta educativa?
CP: Todo este dinero va para mejorar el producto y ofrecerle mucho valor a nuestros alumnos. Tenemos un ojo puesto en España. Sin mucha intención empezamos a ver que más cosas se notaban allá gracias al idioma, así que ampliamos nuestros esfuerzos. Fue una grata sorpresa.
En el corto plazo, nuestro foco está puesto en Latinoamérica. Después, iremos viendo. Tenemos muchos alumnos hispanoparlantes en EE.UU., por ejemplo. México es importante para nosotros; igualmente Argentina porque Coderhouse nació ahí. Este año buscamos llegar a los 50 mil alumnos e invertiremos alrededor de $5 mdd en el mercado mexicano.
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