Entre los proyectos más ambiciosos de SpaceX, la compañía aeroespacial fundada por el multimillonario Elon Musk se encuentra Starlink, una iniciativa que fue conceptualizada a mediados de la década de 2010 como una solución a la falta de acceso a internet de alta velocidad en muchas partes del mundo. La idea era simple pero revolucionaria: lanzar una constelación de miles de pequeños satélites en órbita terrestre baja para proporcionar una cobertura de internet global.
La empresa presentó documentos a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés) en 2017 y recibió la aprobación en 2018 para lanzar una constelación de más de 12,000 satélites. Este proyecto también recibió una inversión significativa, con un costo proyectado de aproximadamente USD $10 mil millones para su desarrollo y construcción.
El primer grupo de satélites Starlink fue lanzado en mayo de 2019, marcando el inicio de una nueva era en la conectividad global. Desde entonces, SpaceX ha continuado con lanzamientos regulares para expandir su red, alcanzando una cifra de más de 4,700 satélites en órbita.
Starlink no solo representa una fuente potencialmente lucrativa de ingresos para SpaceX sino que también podría financiar futuras misiones espaciales, incluida la ansiada misión a Marte. Además, el servicio tiene el potencial de transformar la forma en que las personas acceden a la información, especialmente en regiones remotas y desatendidas del mundo.
SpaceX tuvo altas expectativas para Starlink, proyectando en 2015 que tendría 20 millones de suscriptores y generaría USD $12 mil millones en ingresos para 2022. Sin embargo, los números actuales muestran que estas metas no se han cumplido. Con ingresos de USD $1.4 mil millones en 2022 y poco más de 1.5 millones de suscriptores, la empresa está lejos de sus ambiciosas proyecciones.
¿Starlink para los latinoamericanos?
En América Latina, la expansión de Starlink comenzó hace un par de años con la llegada del servicio a cuenta gotas y con escasos proveedores en países como Chile (2021), pero no fue hasta 2023 que la compañía de internet satelital está expandiéndose en todo el continente. Prueba de ello es su reciente llegada a México, donde, a través de la plataforma de comercio electrónico Mercado Libre, la compañía comenzó a comercializar también sus servicios y antenas, convirtiéndose en el primer proveedor autorizado de la compañía en todo el continente.
Este movimiento expande de manera definitiva la presencia de Starlink en Latinoamérica, sumándose a otros ocho países de América Latina, incluidos República Dominicana, Puerto Rico, Colombia, Ecuador, Brasil, Perú, Chile, Guatemala, Panamá y El Salvador, donde Starlink ofrece sólo sus servicios como proveedor de internet.
La pandemia de COVID-19 aceleró la adopción de la vida digital en la región. La CEPAL informa que el 42% de los adultos latinoamericanos utiliza regularmente pagos digitales, y un 11% adoptó este método debido a la pandemia, según el informe Sociedad Digital en América Latina 2023 publicado por Telefónica..
A pesar del gran potencial para reducir la brecha digital en la región, Starlink también enfrenta críticas relacionadas con la sostenibilidad a largo plazo y la contaminación espacial. También hay obstáculos regulatorios y el servicio aún es relativamente caro para el ciudadano promedio en muchos países de América Latina.
En términos financieros, la compañía tiene como objetivo que Starlink sea rentable para finales de este año, aunque no cumplir con las proyecciones de usuarios y el alto costo de mantenimiento de la red de satélites podrían ser obstáculos.
A diferencia de los servicios de Internet por satélite tradicionales, que dependen de satélites geoestacionarios, Starlink emplea una constelación de pequeños satélites en órbita terrestre baja. Estos satélites reducen significativamente la latencia, proporcionando velocidades de Internet entre 50 y 200 Mbps. La tecnología es revolucionaria, especialmente para áreas remotas en América Latina, donde los servicios de Internet tradicionales son inaccesibles o ineficientes.
En el caso de México, Starlink ha adaptado sus precios para ajustarse al mercado mexicano, requiriendo un pago inicial de aproximadamente USD $486 para el kit de instalación y la antena, seguido de una tarifa mensual de alrededor de USD $64 dólares. Dado que casi 44 millones de personas en México carecen de acceso a Internet, la promesa de una cobertura integral en todo el país es una ventaja significativa.
Pros y contras de la presencia de Starlink en LatAm
Pros
- Reducir la brecha digital: Uno de los mayores potenciales de Starlink es proporcionar Internet de alta velocidad en áreas que tradicionalmente carecen de servicio. Al hacerlo, puede reducir significativamente la brecha digital que afecta a gran parte de América Latina.
- Empoderamiento en regímenes autoritarios: Para países como Venezuela y Cuba, donde el acceso a internet está fuertemente censurado, Starlink podría ofrecer una vía de acceso sin censura al mundo.
- Asociaciones locales: Las colaboraciones con empresas locales como Mercado Libre otorgan credibilidad y ayudan en la adaptación del servicio según las necesidades locales.
Contras
- Escombros espaciales: SpaceX ha implementado un plan para gestionar los escombros espaciales, pero dada la gran cantidad de satélites planeados, hay preocupaciones sobre la sostenibilidad a largo plazo y la contaminación espacial.
- Desafíos regulatorios: La aprobación de diversas organizaciones internacionales y la adhesión a las leyes individuales de cada país pueden ralentizar el progreso.
- Altos costos: Aunque Starlink ha adaptado sus precios para el mercado mexicano, vale la pena señalar que el servicio sigue siendo relativamente caro para el ciudadano promedio en muchos países de América Latina.
- Proyecciones No Realizadas: A partir de 2022, Starlink tenía más de 1.5 millones de clientes a nivel mundial, muy por debajo de su proyección de 20 millones de clientes. Esto plantea preguntas sobre su escalabilidad y viabilidad financiera a largo plazo.
Si bien SpaceX tiene planes ambiciosos para Starlink, financieramente, la compañía tiene como objetivo que Starlink sea rentable para finales de este año, pero quedarse corto en las proyecciones de usuarios y el alto costo de mantener la red de satélites podrían ser obstáculos.
Starlink espera cerrar el año con presencia definitiva en países como Costa Rica, Panamá, Ecuador, Paraguay y Uruguay, y que en 2024 llegue a Bolivia y Argentina. Sin embargo, para que sea una solución viable en la región, es crucial superar las disparidades económicas, las limitaciones regulatorias y los desafíos de sostenibilidad a largo plazo. Solo el tiempo dirá si Starlink cumplirá su promesa de ser un cambio de juego o terminará siendo un espejismo tecnológico.