Fondo Latinoamérica de SoftBank determinará el futuro del fintech

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Contxto – La política, el fútbol y el precio de las acciones de Tesla tienen una cosa en común con SoftBank, el inversionista extranjero más grande de América Latina; jamás los saques a colación a menos que estés listo para ver volar algunas sillas.  

Masayoshi Son, fundador y CEO de SoftBank, ha sido un fiel creyente en la tecnología y su papel en el futuro de la humanidad desde antes del auge del internet. Recientemente se hizo famoso al formar su célebre Vision Fund de US$100,000 millones para invertir en startups de todo el mundo. 

El año pasado, Masa, el nombre de cariño que le dió la prensa a Masayoshi Son, anunció el lanzamiento de un fondo de US$5,000 millones dirigido exclusivamente a startups latinoamericanas.

Esta cantidad puede parecer insignificante junto a los impactantes US$100,000 millones del Vision Fund pero considera que la inversión total en Latam en 2019 fue de US$4,600 millones. 

¿Qué te parecen esos US$5,000 millones ahora?

Una inversión de tal magnitud está destinada a arrancar de raíz la naturaleza del panorama tecnológico emergente en la región, pero hay una industria que será transformada en particular: la fintech.

Debido a que las compañías fintech necesitan tickets de inversión relativamente más altos para despegar, las implicaciones del llamado Fondo para América Latina serán cruciales para los Konfios y Clips de la región.

La apuesta de Son podría catapultar al panorama fintech latinoamericano al estrellato, o podría terminar inflando las valuaciones de las compañías al punto en el que se incitaría a una guerra de precios entre los jugadores clave. 

¿La adicción al riesgo de Masayoshi Son será la joya de la corona del fintech en Latam o empujará a sus jugadores a una letal pelea de gallos?

Tsunami de dinero japonés, ¿qué podría salir mal?

El dinero extranjero siempre es emocionante, especialmente para una región ávida de atención y con un enorme potencial como Latam, pero yo no celebraría todavía. Hay un caso que revela los posibles riesgos de la invasión inversora de Son: la pelea financiada por SoftBank entre Uber, Rappi y Didi. 

Los capitalistas de riesgo no suelen respaldar compañías competidoras para evitar canibalizar sus ganancias. Se puede justificar respaldar a más de un jugador, pero generalmente se hace como protección en una etapa temprana y en pequeñas cantidades.

Si una de las compañías falla, las pérdidas del VC se compensarán con el éxito del rival. 

Sin embargo, SoftBank llevó esta estrategia al extremo. El grupo japonés ha escrito cheques en blanco para competidores directos, incentivándolos a pelear entre ellos por las ventas. 

El grupo japonés invirtió US$1,000 millones en Rappi, US$1,600 millones en DiDi y se convirtió en el mayor accionista de Uber después de su OPI, todo en 2019. 

De acuerdo con un informe del Wall Street Journal, esta estrategia ha impulsado una guerra de precios en la industria de entregas de alimentos en Latam. Uber, DiDi y Rappi usaron sus bolsillos llenos de dinero para intentar destriparse entre sí. 

La intención de Son es crear un “grupo de los #1” de la región. Él cree que el mercado latinoamericano es lo suficientemente grande para apoyar a varios jugadores.

Sin embargo, el informe de WSJ señala un gran revés en la estrategia: el dinero de SoftBank está desviando la atención de las startups del crecimiento en una etapa donde su principal prioridad debería ser establecer una estrategia para alcanzar la rentabilidad.

Si SoftBank no ha aprendido de los errores del Vision Fund, este tipo de conflictos podrían permear la escena tecnológica a medida que el Fondo para América Latina comience a repartir capital entre las compañías. 

Fintech al frente de la batalla

Existen dos razones por las que la inversión de Son provocará un gran caos, especialmente en la industria fintech. 

Primero que nada, porque es más costoso establecer una fintech que los demás tipos de startups, el dinero invertido por SoftBank seleccionará a los mejores jugadores de la región. 

Segundo porque dada la historia de inestabilidad financiera de América Latina, una mala apuesta que ocasione la quiebra de un challenger o incluso un neobanco podría retrasar décadas la adopción fintech en la región.

Comprarse un reino: SoftBank podría determinar el rey fintech de la región

La primera regla para establecer una fintech es… tener dinero. A pesar del hecho de que la digitalización ayuda a bajar algunos gastos iniciales, la realidad es que, para poder operar una fintech, necesitas el permiso de los reguladores, y ese permiso cuesta. 

La regulación fintech no es igual en toda la región, pero la tendencia general es que las autoridades financieras en todos los países están comenzando a definir su postura con respecto a las nuevas industrias como crowdfunding, blockchain y las monedas digitales. 

Un documento de trabajo de la IMF destaca algunos avances clave, como la publicación de la Ley Fintech en México en 2018, la aprobación del Consejo Monetario Nacional de Brasil para una nueva resolución que da a las fintechs la oportunidad de entrar al mercado financiero y el trabajo del gobierno colombiano para definir un marco para los criptoactivos.

Las diferencias e inconsistencias en la región permiten que en algunos países sea más barato, por ejemplo, establecer un negocio de préstamos entre particulares. En Brasil el mínimo de capital requerido para prestamistas P2P, establecido por el banco central, es de BRL$1 millón (~US$175,000), en México el mínimo es de US$250,000. Por otro lado, Colombia bajó el requisito a US$50,000.

En general, es mucho más costoso crear una fintech que otro tipo de startups, por lo que conseguir el financiamiento adecuado es imprescindible para su crecimiento. Siendo SoftBank la fuente de capital más importante, las fintechs reclutadas por Son tendrán una enorme ventaja sobre otros jugadores, dificultando que puedan florecer, incluso germinar.

Para colmo, como los bancos digitales tienden a generar redes fuertes y bases de clientes pegadizas, los primeros en tener éxito serán más propensos a mantener su dominio sobre el mercado en los próximos años.

SoftBank podría minar el sector fintech

Se sabe que incluso las inversiones más poderosas de SoftBank se han deteriorado. El Vision Fund registró pérdidas por US$17,700 millones entre marzo del 2019 y del 2020. Casi la mitad de esas pérdidas provino únicamente de dos empresas. 

Son dijo durante una entrevista con Forbes que predijo que Covid-19 llevaría a la quiebra a 15 de sus inversiones. 

A pesar del hecho de que esas pérdidas se derivaron de compañías fuera de Latam, el historial es preocupante. Si una fintech sufriera el mismo destino, los latinoamericanos podrían asustarse y cambiar su cuenta con un challenger bank a una opción más “segura” con uno tradicional. 

Todos los países latinoamericanos están pasando por o tienen una historia complicada con la inestabilidad financiera.

Argentina todavía tiene una inflación superior al 40 por ciento, el peso mexicano ha tenido una depreciación de tres dígitos desde el 2009 y la crisis bancaria del 2002 en Uruguay disparó el desempleo a una tasa de más del 16 por ciento. La pandemia solo empeoró las cosas al hundir las tasas de crecimiento a mínimos históricos. 

Esta difícil historia financiera provoca que el latinaomericano promedio sufra de algo parecido a episodios de estrés postraumático cada vez que alguien habla sobre corridas bancarias o crisis de deuda. 

Dado que la penetración fintech sigue en las primeras etapas, una apuesta riesgosa por parte de SoftBank que culmine en la quiebra de un banco digital podría ahuyentar a las personas de los canales financieros alternativos. 

Las apuestas de Son en fintech latinoamericanas podrían darle uno o dos titulares a SoftBank pero también podría retrasar la adopción fintech en la región. 

El lado bueno de las apuestas de Son

Masayoshi Son no tiene manos de estómago. Es probable que el tan necesitado crecimiento de la mal financiada industria VC de América Latina provoque una nueva ola de startups emocionantes. Y la estrategia que SoftBank está trazando es radicalmente diferente a la del Vision Fund. 

Según una fuente, SoftBank se está asociando con VC locales para poder entrar al mercado latinaomericano.

Andre Maciel reveló las razones detrás del amigable acercamiento en una entrevista con Bloomberg a finales del 2019: el gigante que es el Fondo para América Latina no tiene el conocimiento, el tiempo o las conexiones para buscar entre las pequeñas startups de Latam. 

Al promover la innovación en la región a través de varios canales, SoftBank está regando las semillas de startups que son demasiado pequeñas para el Fondo para América Latina hasta que sean lo suficientemente grandes para recibir el respaldo del fondo.

Se informa que SoftBank ha dicho que tiene un mínimo de US$100 millones para estas startups, por lo que ayudar a las compañías a llegar a ese punto acelerará el paso de sus inversiones. 

Masayoshi y su COO boliviano, Marcelo Claure, ya comenzaron a coordinar estrategias de inversión con Valor Capital, una compañía de VC brasileña con cuatro fondos enfocados tanto en Brasil y EE.UU. y Kaszek Ventures de Argentina. 

Ya comenzaron a verse los resultados de estas amistades: la compañía estrella de Valor Capital, Gympass, recibió US$300 millones de SoftBank poco después de unir fuerzas, por otro lado Kaszek y el fondo japonés invirtieron juntos US$17.8 millones en Volanty. 

SoftBank planea invertir otros US$500 millones en otros 10 fondos locales en los próximos meses. 

Sin embargo, podría haber cierta resistencia de los capitalistas de riesgo establecidos de la región.

Asociarse con un gigantesco conglomerado japonés que podría sacarte del mercado en un instante se parece mucho a hacer un trato con el diablo. Seamos sinceros, a mi me aterraría hacer tratos con un japonés de aspecto dócil cuyo valor neto es una décima parte del PIB de mi país. 

Esta cifra te dará un poco de perspectiva: en 2019, los 36 acuerdos que formaron el total de inversiones de capital de riesgo en Colombia tuvieron un valor de US$1,090 millones. La inversión de SoftBank en Rappi representó los US$1,000 millones de este total.

Monashees, un fondo de VC brasileño que fue un primer inversionista en la fintech Neon y la app de renta de bicicletas Yellow, no aceptó la oferta de SoftBank. 

SoftBank y las fintechs de América Latina: ¿ruleta japonesa?

SoftBank se ha hecho famoso por ser disruptor y está destinado a revolucionar la industria fintech de América Latina en los próximos años.

Su intervención será particularmente importante para el sector fintech y podría ser un paso decisivo en la adopción generalizada de modelos fintech clásicos como los préstamos P2P, las criptomonedas o el procesamiento de pagos.

Podría transformar a la región a largo plazo al posiblemente resolver dos de las mayores preocupaciones de los fundadores fintech (acceso a financiamiento y escalabilidad).

Si Son ha aprendido algo de las pérdidas y errores en el fiasco de Vision Fund de 2019, esto podría significar que las fintechs en la región están a punto de tener un crecimiento masivo. Por otro lado, si se niega a seguir los consejos de su COO boliviano y socios locales de VC, sus errores podrían dejar una cicatriz duradera en el sector.

-NS

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