Spacetech en América Latina, ¿la industria espacial a punto de despegar?

Contxto – El 9 de octubre de 2020, el gobierno mexicano hizo a un lado su programación habitual sobre temas terrestres para hacer un anuncio que tomó a muchos por sorpresa. América Latina lanzará una Agencia Espacial Latinoamericana y del Caribe (ALCE). 

El histórico acuerdo fue firmado junto con Argentina, convirtiendo a ambos países ya sea en los Estados miembros fundadores de una reluciente nueva era de viaje espacial latinoamericano o en otro elemento en la larga lista regional de elefantes blancos.

Por el momento, las probabilidades son 50/50, pero probablemente no por las razones que muchos, especialmente en Twitter, creen. 

Los viajes espaciales, junto con la capacidad nuclear, han sido durante mucho tiempo motivo de alarde de un país como gran potencia en el escenario mundial.

Afortunadamente, el siglo veintiuno ha traído consigo una innovación que nadie en la época dorada de los viajes espaciales soñó jamás: la iniciativa privada en la industria espacial. 

Muchos vimos la exitosa misión del Falcon One de SpaceX, el primer cohete privado en entregar carga útil a la Estación Espacial Internacional. Sin embargo, el complejo ecosistema de compañías spacetech más pequeñas son los cimientos sobre los que puede construirse una nueva época dorada de la exploración espacial. 

Ignora el pedazo de papel que firmaron dos gobiernos latinoamericanos a principios de este mes, el sector privado de Latam es el que verdaderamente está despegando y elevando la economía extraterrestre regional a nuevas alturas. Sin embargo, todavía queda mucho trabajo por hacer. 

Te damos un adelanto del mapa de mercado de esta semana en el que analizamos la región; la encontramos deficiente salvo dos excepciones muy claras. 

Spacetech en Argentina

¿Por qué habría de sorprender tanto que Argentina tenga un sector spacetech próspero? Mira más allá de sus gobiernos deficientes y el país es en realidad un modelo de innovación. 

Argentina tiene uno de los niveles educativos más altos de la región. Tiene un ingreso per cápita que sigue siendo alto para los estándares latinoamericanos incluso después de años de caos macroeconómico. Y, por último, posee un espíritu pionero que se remonta a los primeros días del país. 

Cabe destacar que las cuatros startups que integran esta incipiente pero próspera industria escogieron subsectores importantes, productivos y rentables del spacetech. Por lo tanto, se aseguran que haya demanda local y mundial para sus productos, así como un vía rentable para agradar a los inversionistas. 

Por ejemplo, Skyloom ha querido proporcionar una solución a la conectividad global que, según afirma la empresa, “no ha mejorado desde los años noventa”.

Esto se debe a que, aunque tengamos tantos satélites recopilando y enviando información, estos deben estar directamente sobre el punto de entrega en la Tierra para que toda esa información nos llegue. Eso no es lo suficientemente oportuno. 

Por lo tanto, esta spacetech argentina ha pasado los últimos años interconectando las distintas redes de satélites entre sí para crear un flujo constante de entrega de datos instantánea. Sin duda una iniciativa productiva. 

Spacetech en Puerto Rico

Que no te engañe el tamaño de esta pequeña isla caribeña. La integración de Puerto Rico en la industria espacial estadounidense con su extraña, pero conveniente, relación política con la potencia, junto con beneficios regulatorios locales, permiten que esta spacetech florezca.

Por lo tanto, las startups derivadas se enfocaron en impulsar el espacio en algunos de los proyectos más ambiciosos que la humanidad haya tenido.

Toma por ejemplo a Instarz. La startup puertorriqueña anunció que, a finales del 2020, planea crear y lanzar un ecosistema lunar completamente equipado, de autoensamblaje y autosostenible. Remnant, como lo llamaron, es una cápsula completamente sellada capaz de permitir que los humanos “acampen” en la Luna. 

Sin embargo, fuera del entusiasmo por los asentamientos interplanetarios, una cosa en particular se vuelve penosamente clara cuando hablamos sobre los viajes espaciales. El sector no es nada barato…

Instarz valora su I+D en menos de mil millones de dólares, el cual fue uno de los puntos a tratar de esta startup en etapa inicial cuando quería levantar una ronda de inversión. 

Incluso los tickets más baratos para el spacetech requieren de mucho capital. Esas investones no las tiene ni el fintech.

Cómo spacetech se convirtió en una industria viable 

Satellogic de Argentina tuvo el placer de convertirse en la primera compañía de análisis geoespacial verticalmente integrada del mundo, capaz de ofrecer imágenes geoanáliticas de extremo a extremo asequibles y de alta frecuencia y resolución.

Básicamente, proporciona imágenes hiperprecisas y actualizadas periódicamente de nuestro planeta.

Este año celebró su décimo aniversario, que para los estándares de las spacetechs, es antiguo. 

Pero, ¿cómo es que, lo que solía ser un monopolio de las grandes potencias hace apenas treinta años, se convirtió de repente en un campo abierto para países más pequeños e incluso para particulares?

En el caso de Satellogic, el cofundador de la empresa, Emiliano Kargieman, fue quien hizo el descubrimiento clave durante su tiempo en el campus Ames de la NASA en Mountain View. Se dio cuenta de que la inversión inicial necesaria para lanzar una empresa de spacetech había disminuido exponencialmente desde los primeros días.

Los viajes espaciales súbitamente estaban al alcance de los bolsillos relativamente más pequeños del sector privado porque la tecnología y la infraestructura ya estaban allí. Esto abrió un camino hacia la rentabilidad.

Todo lo que sube tiene que bajar

Por un lado, según lo estipulado por la ley de Moore, el tamaño y el precio exponencialmente decrecientes de los componentes electrónicos hicieron que las cargas útiles de los transbordadores espaciales fueran doblemente más baratas.

Cualquiera de los satélites lanzados en el siglo XX son órdenes de magnitud menos potentes pero más caros que la supercomputadora que tú y yo llevamos en nuestros bolsillos.

Asimismo, un equipo más pequeño significaba costos de lanzamiento más baratos, justo cuando la innovación estaba haciendo que operar un transbordador fuera más barato. Como afirma Wendy Whitman Cobb en su artículo Cómo SpaceX redujo los costos y las barreras al espacio:

Entre 1970 y 2000, el costo de lanzar un kilogramo al espacio se mantuvo bastante estable, con un promedio de US$18,500 por kilogramo. […] Para un SpaceX Falcon 9, el cohete utilizado para acceder a la ISS, el costo es de solo US$2,720 por kilogramo.

El resultado fue el nacimiento de un verdadero ecosistema internacional con plataformas de lanzamiento, cohetes y agencias y empresas espaciales.

Pero no te dejes engañar. Los viajes espaciales no son de ninguna manera un pan comido. De hecho, no lo demos por sentado antes de considerar los pequeños pasos necesarios para que los viajes espaciales en Latam se convirtieran en un esfuerzo a gran escala.

Retos al spacetech en América Latina

Incluso con el auge del spacetech privado en la región, por lo menos en Argentina y Puerto Rico, se necesita un elemento para mantener la salud del sector que también resulta ser el talón de Aquiles de América Latina: el buen gobierno.

La siguiente es una lista de requisitos mínimos para que exista una industria spacetech funcional en cualquier país/región:

  1. Una planificación e inversión a largo plazo
  2. Un marco institucional coherente y predecible
  3. Un entorno macroeconómico estable

Califiquemos a América Latina punto por punto.

Planificación e inversión a largo plazo

La industria de los viajes espaciales no es una donde puedas pretender ganar dinero rápido. Es un sector en cuyo diseño se incluye la cooperación internacional, planificación a largo plazo y gasto público.

Por lo tanto, los países estables que pueden mirar más allá del próximo ciclo electoral tienen una ventaja. En este frente, tanto los gobiernos latinoamericanos como sus ciudadanos fallan.

Una reacción que predominó después del anuncio de ALCE fue la recriminación. ¿Por qué los países de América Latina, con tantos problemas en tierra, estaban invirtiendo en un sueño interestelar?

La pregunta es tan miope como contraproducente, empezando por el ROI (retorno sobre la inversión) de la NASA, que se sitúa en un mínimo de US$7 por cada US$1 invertido. Y eso ni siquiera considera el valor agregado que brindan sus derivados, como el internet móvil y la óptica avanzada.

Sin embargo, el argumento de que “las inversiones en spacetech son un desperdicio” tiene mucha influencia en la esfera política de Latam. Por lo tanto, no sorprenden los recortes repentinos en el financiamiento al I+D espacial cuando un gobierno miope ceda el paso a otro.

Marco institucional coherente y predecible

¿De qué sirve lanzar una agencia de exploración espacial a escala regional si el gobierno de México elimina el presupuesto para I+D en la misma semana? Este es el tipo de preguntas que abundan en América Latina.

Al menos en sus primeras etapas, los ecosistemas regionales de spacetech deben ser, casi por definición, asociaciones público-privadas.

Los gobiernos no solo brindan la estabilidad financiera que estos proyectos a largo plazo necesitan antes de que las startups comiencen su vida productiva; también proporcionan las plataformas de lanzamiento desde donde las startups spacetech pueden despegar.

Lo digo literalmente.

Entorno macroeconómico estable

La suerte del sector spacetech de Argentina parece ser el polo opuesto de la del país en general.

La devaluación se cierne sobre Argentina a medida que la inflación aumenta una vez más.

Como resultado, empresas como Satellogic buscan que otros países y sus gobiernos proporcionen un entorno adecuado para el desarrollo. Por lo mismo, la compañía tiene sedes en una gran cantidad de países, como en su pequeño pero estable vecino, Uruguay.

Rentabilizando el spacetech

No hay duda de que se necesitan enormes cantidades de dinero, invertido durante largos períodos de tiempo, para mantener en marcha el sector del spacetech. Sin embargo, las posibles recompensas son de otro mundo.

No obstante, con pocas esperanzas de recibir ayuda del gobierno, el hecho es que los capitalistas de riesgo más conservadores de Latam tendrán dificultades para asumir el riesgo y encontrar suficientes coinversionistas que inyecten las cantidades necesarias para mantener en funcionamiento un sector spacetech diverso.

A pesar de que ideas como minar asteroides han proyectado ganancias astronómicas, las inversiones necesarias y el riesgo suelen ser demasiado elevados incluso para los inversionistas más audaces.

Por eso los viajes espaciales son el campo de juegos de los multimillonarios del mundo; las únicas personas que pueden soportar el peso de financiar al spacetech.

Es por eso que los fondos intergubernamentales como BID Lab fueron considerados como los primeros inversionistas en las eventuales historias de éxito del spacetech de Latam.

Capitalistas de riesgo que invierten en spacetech

Sin embargo, tal vez estoy siendo un poco injusto con los VC locales.

Los inversionistas están en el negocio del riesgo calculado y, dada la lista anterior, nadie en su sano juicio se atrevería a decir que las condiciones regionales son ideales incluso para las ideas menos riesgosas; y mucho menos la inversión necesaria para tener una spacetech exitosa.

De hecho, aunque todo el sector puede y debe convertirse algún día en un elemento básico de la economía mundial, se necesita un tipo particular de valentía para ser el primero en invertir. Sin embargo, inversionistas hay y cada vez se benefician más.

El interés por parte de empresas y fondos chinos, incluidos Tencent y ABDAS, en una empresa como Satellogic ha generado buenos rendimientos y resultados impresionantes. El paisaje chino ahora puede verse y analizarse con más precisión que nunca gracias a sus nuevos vigilantes espaciales.

Esto, a su vez, repercute en la economía en beneficio de la agricultura, la ganadería, la vigilancia de desastres naturales, entre muchos otros productos geoespaciales.

Inversiones latinoamericanas de capital de riesgo en spacetech

Más cerca de casa, Contxto dio la interesante noticia de que incluso algunos capitalistas de riesgo latinoamericanos por fin entraban al spacetech:

Mountain Nazca de México no es el VC en el que piensas cuando se habla de viajes interestelares. Sin embargo, algunos de sus miembros fundadores se encontraron con una startup estadounidense que despertó su interés en lo que ahora suena como un encuentro de cuento de hadas.

Hubo cierta oposición cuando otros socios de Mountain Nazca, quizás sabiamente, señalaron que su fondo no sabía lo suficiente sobre spacetech para invertir. No obstante, se hizo la inversión por la buena impresión que dejó la empresa.

Así fue como, a principios de este mes, Mountain Nazca, anunció que era el orgulloso inversionista, no en uno (Kavak), sino dos unicornios. El segundo es la spacetech estadounidense, Momentus, valorada en US$1,200 millones.

Las apuestas están dando cada vez más frutos a medida que la industria espacial privada despega.

América Latina no puede darse el lujo de no invertir en viajes espaciales

Dada la volatilidad de la situación regional, el spacetech en América Latina no se siente como la mejor inversión justo ahora, pero este es un concepto miope.

Spacetech es una industria esencial. Se puede ver en los beneficios tecnológicos que cosechamos todos los días, pero también cada vez más en dinero contante y sonante. Y eso que todavía no empezamos a minar asteroides. 

Por lo tanto, la pregunta es: ¿hay futuro para las potencias no espaciales entre países como EE.UU., Rusia, China o los Emiratos Árabes Unidos?

Bueno, la pregunta se responde a sí misma: hace unas décadas, nadie hubiera pensado en China como una nación espacial. Sin embargo, ahora, sus vehículos exploran el lado oscuro de la Luna.

Es posible que los Emiratos Árabes Unidos (EAU) no hayan estado en tu radar de exploración espacial hasta que leíste esta oración. Sin embargo, el 20 de julio, el país lanzó con éxito su misión a Marte, Al Amal (Esperanza), desde el Centro Espacial Tanegashima en el sur de Japón.

Los Emiratos Árabes Unidos ya están viendo los beneficios.

Si los gobiernos de América Latina no están a la altura para inaugurar una nueva era espacial para la región, entonces propondría que el sector privado tome la iniciativa. Ya está en Puerto Rico y Argentina, pero puede hacerlo mejor.

Quizás Mountain Nazca pueda sugerir la creación de un centro de I+D espacial en la región impulsado por Momentus.

Quizás, inversionistas y particulares podrían presionar a los gobiernos para que legislen a favor del spacetech y sus subsidiarias.

Quizás, los inverisonistas y fundadores puedan adelantarse y crear las bases de un sector de spacetech; uno que está mucho más cerca de ser una realidad que ciencia ficción.

-AG

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