Contxto – Las empresas que trabajan con productos ecológicos continúan atrayendo inversiones. Tarpon Investimentos adquirió recientemente una participación mayoritaria en la brasileña Agrivalle a través de una inversión inicial de R$160 millones (~US$30 millones).
Como resultado, la agritech, que desarrolla productos bio para agricultores, pasó por cambios internos. Se creará un Consejo de Administración con representantes de ambas compañías. Además, Antonio Maia fue nombrado como CEO.
Tarpon opina que Agrivalle es diligente
Esta agritech se toma la innovación con seriedad para crear los mejores productos posibles. Eso también cautivó al equipo de Tarpon.
“Es la única compañía con presencia en todo el universo de bioinsumos, investigación y desarrollo (I+D) y registro de productos”, dice Marcelo Lima, socio en Tarpon.
Es por eso que no es sorprendente que durante la nueva etapa de la compañía, el cinco por ciento del ingreso anual se destine a la I+D.
Biofertilizantes y fertilizantes químicos
¿Cuál es la diferencia entre un fertilizante “normal” y uno que ofrece Agrivalle ? El primero contiene sustancias químicas que actúan directamente sobre el suelo y la planta.
Por otro lado, los biofertilizantes utilizan organismos vivos (como bacterias u hongos) que interactúan con el medio ambiente y ayudan a la planta a producir de forma natural los nutrientes que necesita.
¿Cuál es mejor? Eso depende de tu presupuesto y percepción sobre la sostenibilidad.
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Los agricultores pequeños han utilizado fertilizantes químicos durante mucho tiempo y no es fácil cambiar viejos hábitos. Asimismo, los productos artificiales son menos costosos que los naturales.
A pesar del precio, los biofertilizantes tienen sus propias ventajas.
Sostenibilidad y agricultura
Un estudio arrojó que las plantas cultivadas con biofertilizantes tuvieron mayores rendimientos que las que fueron alimentadas químicamente.
Además, la investigación de mercado sugiere que el mercado de biofertilizantes alcanzará los US$3,800 millones para 2025 a una TCCA (tasa de crecimiento compuesto anual) del 11.2 por ciento desde el 2019.
Los factores que incentivan este crecimiento incluyen la creciente demanda en los alimentos orgánicos, así como las preocupaciones sobre el impacto que tienen los fertilizantes químicos en el ambiente.
Por otra parte, la gente está reevaluando sus hábitos alimenticios y cambiándolos por alternativas de origen vegetal. Esto es un buen augurio para las vacas y gallinas pero ejerce más presión sobre los productores y el ecosistema.
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-ML
Traducido por Alejandra Rodríguez