La empresa tiene previsto desprenderse de su participación restante en el London Stock Exchange Group (LSEG), alimentando esta inversión con los ingresos y su sólida salud financiera. Además, Thomson Reuters destina más de 100 millones de dólares anuales a desarrollar su tecnología de IA, mejorando los servicios en los ámbitos jurídico, fiscal y contable.

Este cambio se alinea con los avances emergentes de la IA generativa, aunque el impacto en los patrones de gasto de los clientes sigue siendo incierto. Hasker destaca la IA como un importante «viento de cola» para Thomson Reuters, centrado en reequilibrar sus fuentes de ingresos a escala mundial, con la vista puesta en una agresiva expansión en mercados como Brasil, México, el Sudeste Asiático y Japón.

La empresa también se ha asociado con grupos de IA para utilizar las noticias de Reuters para entrenar grandes modelos lingüísticos, aunque no se han revelado detalles sobre las condiciones comerciales. En medio de estos acontecimientos, Thomson Reuters se enfrenta a una demanda por derechos de autor contra la empresa de investigación jurídica impulsada por IA Ross Intelligence, un caso que se sigue de cerca por sus implicaciones en la propiedad de los contenidos de los medios de comunicación.

Con una plantilla mundial de 26.000 trabajadores y una participación mayoritaria de la familia Thomson, la empresa sigue comprometida con su visión a largo plazo, respaldada por sus buenos resultados financieros y la revalorización de sus acciones. Mientras Thomson Reuters se prepara para salir de su participación en LSEG, sigue innovando, lanzando nuevos servicios de IA y planificando la introducción de múltiples productos, reforzando su integración de la tecnología en todas sus divisiones de negocio, incluidas las noticias de Reuters, que siguen siendo un componente crucial de su cartera.