Fundada en 2020 por el empresario Sebastián Mirich, la empresa se centró inicialmente en vehículos autónomos de seguridad para comunidades cerradas y parques industriales.

El Skúa, que toma su nombre de un ave antártica, y su sucesor de mayor tamaño, el Skúa II, representan la incursión de American Robotics en la tecnología autónoma impulsada por IA para apoyo científico. Con una plantilla de 25 trabajadores, entre científicos e ingenieros, la empresa ha fomentado la colaboración con instituciones de investigación y universidades nacionales, centrándose en la mecatrónica, la electromecánica y la bioingeniería.

Con el objetivo de producir 26 vehículos para bases antárticas y clientes internacionales, cada unidad hecha a medida tiene un precio aproximado de 125.000 dólares.

Con ambiciones de exportación, American Robotics ha despertado el interés de Brasil, México, España, Arabia Saudí y los EAU. Se ha destinado una inversión de unos 3 millones de dólares a una nueva planta de fabricación en Gualeguaychú, cuya inauguración está prevista para abril, en medio de una estrategia para aprovechar los recursos naturales y humanos de Argentina para el desarrollo de tecnología de IA, aspirando a un impacto global.