A medida que nos acercamos a 2024, se espera que el panorama de la IA experimente cambios transformadores. Una especulada ruptura pública entre Microsoft y OpenAI podría convertirse en lo más destacado del año, posiblemente impulsada por la dinámica competitiva y los desacuerdos. A pesar de cualquier posible ruptura, es probable que OpenAI siga dependiendo de la infraestructura de Microsoft.

El sector de la IA puede ser testigo de la quiebra o adquisición a un precio significativamente reducido de alguna de las antiguas empresas predilectas, como Stability AI o Jasper, a medida que el entorno de financiación se vuelve más estricto. Mientras tanto, los modelos de IA no basados en transformadores, como el Mamba, eficiente desde el punto de vista computacional, están a punto de ganar terreno, desafiando el dominio de los modelos de transformadores, criticados por su naturaleza de «loro estocástico» y sus elevados costes operativos.

Se espera que la desinformación generada por la IA afecte significativamente a las elecciones presidenciales en más de 40 países, incluido EE.UU., lo que exige un enfoque riguroso de la moderación de contenidos. Las dificultades de OpenAI para detectar texto escrito por IA ponen de manifiesto la complejidad de combatir el contenido generado por IA.

La incursión de la IA generativa en el mundo físico es otro avance esperado. Empresas como Meta y Microsoft están explorando dispositivos para llevar puestos impulsados por grandes modelos de lenguaje multimodales (LLM), mientras que proyectos secretos, como el dirigido por Sam Altman con Jony Ive, insinúan innovadores dispositivos para el hogar. Los esfuerzos acelerados de Apple en IA conversacional sugieren un año competitivo por delante, con posibles avances en dispositivos impulsados por LLM, incluidos juguetes y robots.

Por último, la respuesta de China a las restricciones tecnológicas estadounidenses es fundamental. Los esfuerzos del país por desarrollar chips de IA, que podrían rivalizar con los A100 de Nvidia, ponen de relieve una carrera mundial por la supremacía tecnológica. El ingenio de China en el desarrollo de chips podría dar lugar a innovaciones sorprendentes, remodelando el equilibrio de las capacidades tecnológicas mundiales. A medida que se desarrolle el año 2024, es probable que estos avances marquen nuevos rumbos para la industria de la IA, con repercusiones en la tecnología, la política y los mercados de consumo.