Google ha rescindido su contrato multimillonario con la empresa australiana Appen, proveedora de servicios de formación en inteligencia artificial que emplea a más de un millón de contratistas en todo el mundo. El contrato, crucial para las operaciones de Appen, finalizará el 19 de marzo de 2024, como parte de la revisión estratégica de Google. Los trabajadores de Appen, repartidos por 170 países y que hablan más de 235 idiomas, se dedican a etiquetar datos para mejorar los sistemas de IA de gigantes tecnológicos como Google. Estos trabajadores, a menudo denominados «trabajadores fantasma», contribuyen a la funcionalidad de las herramientas cotidianas de IA, incluidas las tecnologías de reconocimiento de voz.
La cancelación de este contrato, que suponía 82,8 millones de dólares estadounidenses (125 millones de dólares australianos) de los ingresos de Appen en 2023, provocó una caída del 40% en el precio de las acciones de la empresa. La decisión de Google forma parte de un esfuerzo más amplio por optimizar las operaciones de proveedores en todo Alphabet, lo que implica posibles cambios a otros proveedores para las tareas de calificación de calidad. Sin embargo, esta medida ha suscitado preocupación por la estabilidad del empleo de los subcontratistas en el sector tecnológico, y el Sindicato de Trabajadores de Alphabet ha destacado la precariedad de estas funciones en el desarrollo de la IA.
Appen, para hacer frente a las implicaciones financieras de la rescisión del contrato, está reajustando sus prioridades y proporcionará más detalles en su informe financiero completo el 27 de febrero. En medio de este cambio, han surgido informes sobre los bajos salarios de los contratistas de Appen, algunos de los cuales reciben tan sólo 2,2 céntimos de dólar por tarea. A pesar de las garantías de que se cumplen las normas salariales mínimas en varios lugares, los salarios varían en función de la complejidad del proyecto y de los conocimientos necesarios. La empresa ya se había enfrentado anteriormente al escrutinio por preguntar a los contratistas sobre su complexión, una pregunta que posteriormente se eliminó de su formulario de solicitud, con la intención de recopilar datos para mejorar los sistemas de IA.