La reciente demanda por infracción de derechos de autor contra OpenAI y Microsoft ha suscitado un importante debate en la industria de los medios de comunicación sobre el uso de contenidos protegidos por derechos de autor en el entrenamiento de modelos de inteligencia artificial.

Este desafío legal subraya la creciente tensión entre los editores de noticias tradicionales y las empresas tecnológicas, que se centran cada vez más en la IA para revolucionar el descubrimiento y la distribución de contenidos.

Al mismo tiempo, los gigantes tecnológicos están ajustando sus estrategias para dar prioridad a las innovaciones de la IA en sus relaciones con las organizaciones de noticias.

Por ejemplo, Google ha negociado recientemente un nuevo acuerdo con News Corp, que implica un compromiso financiero de entre 5 y 6 millones de dólares anuales para apoyar el desarrollo de contenidos y productos informativos relacionados con la IA. Este giro forma parte de una tendencia más amplia en la que las empresas tecnológicas están dando más importancia a las iniciativas de IA que a los acuerdos tradicionales sobre noticias, lo que ha llevado a la rescisión de otras asociaciones de contenido de larga duración, como el anterior acuerdo de Google con The Wall Street Journal.

Este cambio estratégico de las empresas tecnológicas ha provocado reacciones encontradas en el sector de los medios de comunicación. Mientras que algunas organizaciones de noticias ven la IA como una oportunidad para mejorar la relevancia y el alcance de los contenidos en la era digital, otras la ven como una amenaza potencial para su control sobre sus propios contenidos y su sostenibilidad financiera.

Por ejemplo, el Financial Times y Axel Springer han firmado acuerdos de licencia con empresas de IA, apostando por el potencial de la IA para dar nueva vida a sus contenidos.

Por el contrario, empresas como CNN y The Washington Post han expresado su escepticismo y preocupación por las implicaciones a largo plazo de estos acuerdos, temiendo que una vez que sus contenidos ayuden a entrenar modelos de IA, la necesidad de asociaciones continuas pueda disminuir, dejándoles sin una compensación adecuada.

Rich Skrenta, director ejecutivo de Common Crawl, interpreta las demandas no sólo como una lucha por los derechos de autor, sino como una reivindicación por parte de los editores de su «derecho a ser olvidados » en un panorama dominado por la IA.

Esta perspectiva refleja un aspecto crítico del discurso actual: a medida que la IA sea más capaz de imitar interacciones similares a las humanas y generar contenidos, el papel de los creadores de contenidos tradicionales podría quedar marginado, por lo que es crucial que hagan valer el control ahora.

Las reacciones de la industria de los medios de comunicación han sido variadas.

Algunos ejecutivos se sienten traicionados por anteriores asociaciones tecnológicas que prometían mucho pero aportaban poco en términos de flujos de ingresos sostenibles o ventajas estratégicas.

Por ejemplo, las Meta Plataformas habían contratado anteriormente a empresas de medios de comunicación para proyectos como Facebook Watch y la pestaña Noticias de Facebook, pero abandonaron estas iniciativas cuando no cumplieron las expectativas, dejando a los editores con las consecuencias.

> Un empleado de Meta que deseaba permanecer en el anonimato, compartió que a los usuarios simplemente «ya no les interesaba interactuar con el contenido de los editores» y que tenían todos los datos para respaldarlo.

Del mismo modo, Snap y Google también se han retractado de sus colaboraciones de contenido, lo que aumenta la desconfianza de los ejecutivos de los medios de comunicación hacia las promesas de las empresas tecnológicas.

A medida que evoluciona el panorama, algunos editores están considerando la posibilidad de litigar no sólo como medio para obtener una compensación inmediata, sino también como estrategia para establecer precedentes para las futuras interacciones entre las empresas de IA y los creadores de contenidos.

Mientras tanto, los debates sobre la formación de consorcios para presentar un frente unido en las negociaciones con las empresas de IA sugieren que algunos líderes de los medios de comunicación buscan la fuerza en los números para conseguir mejores condiciones.

En resumen, los acontecimientos en curso reflejan una coyuntura crucial para la industria de los medios de comunicación, que lidia con las implicaciones de la IA para la creación, propiedad y distribución de contenidos.

El resultado de estos pleitos y negociaciones influirá probablemente en cómo se valora y monetiza el contenido de las noticias en un mundo cada vez más impulsado por la IA, sentando las bases para futuras colaboraciones o conflictos entre los editores de medios de comunicación y las empresas tecnológicas.