*Por Alfonso de los Ríos, cofundador y CEO de Nowports
Ya comienza la preocupación de que las economías latinoamericanas puedan perder el impulso que obtuvieron durante la fuerte recuperación inicial post pandemia. En el caso de la infraestructura logística, hubo una mejora significativa en estos últimos dos años. Sin embargo, no bastó para cerrar las brechas que han existido durante décadas en esta industria.
Un ejemplo: más del 70% de los conductores de camiones en Colombia y México trabajan de forma independiente, según un reciente informe de BNamericas. Dependen principalmente de aplicaciones de terceros para conectarse con intermediarios y con clientes, lo cual evidencia las vulnerabilidades de seguridad ya que la información sensible se intercambia en varias fases y plataformas, volviéndose más difícil de rastrear y optimizar.
La división entre los diferentes eslabones de la cadena es una de las razones por la que los precios de la logística en América Latina fluctúan constantemente. Y es, en parte, la razón por la que casi la mitad de todos los contenedores en la región se retrasan o se pierden. Aquí es donde creo que debería enfocarse la logística en la región.
Los obstáculos en el camino
Hasta hace poco tiempo, no existía en Latinoamérica la tecnología necesaria para conectar de manera eficaz a conductores, depósitos y aduanas. Por un lado, los agentes tienen problemas para comunicar y compartir datos entre las empresas y terminar de consolidar los procesos.
Por otro lado, las empresas en la región suelen tratar con más de 15 partes diferentes para gestionar su cadena de suministro. Además, cada reserva de carga requiere aproximadamente 70 correos electrónicos. Es una cantidad significativa de tiempo y dinero que se gasta sólo en tareas administrativas.
Otro factor es que conductores no disponen de las herramientas necesarias para confirmar el estado y el destino de los artículos, identificar las rutas óptimas y compartir las horas aproximadas de llegada. Y, como muchos conductores trabajan de forma autónoma y no están sometidos a inspecciones, a veces son presionados por los propietarios de la carga para que lleven más mercancías de las especificadas para abaratar costos.
El rol de los gobiernos
La inversión en startups está en auge en la región, y los emprendedores emergentes están obteniendo más reconocimiento y recursos, pero siguen necesitando el apoyo de los gobiernos para crear y defender la tecnología a una escala masiva.
Por ejemplo, Estados Unidos ha lanzado recientemente la organización Freight Logistics Optimization Works (FLOW), que ayuda a mejorar el intercambio de información entre las partes de la logística y a aliviar la congestión de la cadena de suministro causada por la pandemia.
La organización cuenta actualmente con 18 participantes de almacenes, puertos y empresas privadas, y podría proporcionar un marco para optimizar la logística en América Latina. Con una visión más clara del panorama, los actores podrían crear una tecnología específica para trabajar juntos de forma más eficiente.
Avanzar en las competencias digitales con IA y blockchain
Casi el 80% de las grandes empresas de América Latina ya están utilizando la IA de alguna manera. Sin embargo, sólo el 12% de los profesionales de la cadena de suministro de todo el mundo lo hacen.
No es que falte tecnología adecuada para el sector logístico. El Procesamiento del Lenguaje Natural (PNL, una rama de la IA) puede rellenar automáticamente los formularios detectando a partir de textos abiertos. Así, las partes involucradas no tienen la necesidad de perseguirse para obtener detalles, y los remitentes no tienen que ponerse en contacto con el servicio de atención al cliente.
Por ejemplo, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) de México exige a los remitentes que presenten el número de productos, el valor de los artículos, etc., que los proveedores no siempre tienen a mano. La PNL puede extraer la información de los catálogos del SAT y automatizar entre el 90% y el 95% de las transacciones.
Del mismo modo, el gobierno peruano ha lanzado recientemente el Proyecto Smart Port, introduciendo tecnología como big data, blockchain, IoT, distributed ledger y machine learning para la logística en el Puerto del Callao con el objetivo de mejorar la productividad, la sostenibilidad y la seguridad.
Blockchain también puede apoyar a tener una logística más unificada al hacer que los pasos sean más ágiles y transparentes. Múltiples agentes pueden intercambiar sus datos de forma segura, y proporcionar visibilidad en tiempo real en torno a la ubicación y las recogidas. Debido a la naturaleza inalterable de blockchain, la información no puede ser manipulada sin el consenso de todos los actores involucrados, reduciendo así el robo y el fraude en la logística.
La digitalización y la automatización de los procesos reducirán los costes logísticos en un 47% en 2030. Mientras tanto, para 2035, se espera que la IA aumente la productividad de la logística mundial en más de un 40%. Latinoamérica ya ha intervenido para salvar las brechas del comercio mundial durante la crisis actual.
Sede del canal de Panamá y de algunas de las mayores costas de América, con la creciente digitalización de las poblaciones, Latinoamérica está bien posicionada para convertirse en un líder mundial en logística. Pero primero tiene que adoptar la tecnología que facilitará los obstáculos existentes y abrirá el camino al éxito a largo plazo.
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