Cirsys de Perú utiliza el robot social IRBin para enseñar a las personas sobre el reciclaje

Cirsys De Perú Utiliza El Robot Social Irbin Para Enseñar A Las Personas Sobre El Reciclaje Cirsys De Perú Utiliza El Robot Social Irbin Para Enseñar A Las Personas Sobre El Reciclaje
cirsys de perú utiliza el robot social irbin para enseñar a las personas sobre el reciclaje

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Contxto – Los humanos pueden no ser los recicladores más intuitivos. No importa cuántas veces les enseñes cómo separar los residuos orgánicos de los inorgánicos, o incluso el vidrio del plástico, las personas parecen olvidarlo. Quizás los robots den mejores resultados. Al menos eso es lo que Cirsys está tratando de lograr en Perú con IRBin.

Robot reciclador

Algo parecido al R2D2 de Star Wars, IRBin comenzó como un proyecto de escuela entre compañeros de clase en la Pontificia Universidad Católica en Lima hace aproximadamente dos años. Estos mismos alumnos se convirtieron más tarde en los fundadores de la startup tecnológica, Cirsys.

Después de recaudar 11,000 soles del Ministerio de Producción y la Embajada de Israel en Perú para mejorar su prototipo, la startup compitió en la competencia Israel Start Jerusalem en 2017. Desde entonces, Cirsys ha perfeccionado su “robot social” capaz de educar a la gente sobre la eliminación adecuada de residuos sólidos. Se enfoca específicamente en tres tipos de residuos: botellas de plástico, botellas de vidrio y basura en general.

Por ejemplo, hoy puedes encontrar a IRBin frente a un supermercado en Miraflores ayudando a los clientes con el reciclaje. No hace falta decir que también es muy popular entre los niños. IRBin no solo es del mismo tamaño que un niño, sino que también aprende de manera similar, según el CIO Erick Carranza.

“Gracias a la inteligencia artificial, aprende todo lo que le enseñan y guarda lo que ha aprendido en su memoria,” dijo Carranza. “Tiene la capacidad de almacenar 400 botellas de plástico compactadas, 200 botellas de vidrio y desechos generales.”

¿Por qué es esto importante en Perú?

Con el interés público en aumento, los peruanos todavía están aprendiendo a adoptar el reciclaje. Para promover la sostenibilidad y reducir el desperdicio, el Congreso de la nación legisló la Ley 30884 en 2018 para regular los plásticos de un solo uso, así como los envases desechables.

La empresa social EcoAyni de Lima informa que la ciudad genera más basura que hace 18 años. De esto, solo el 50 por ciento se trata correctamente, lo que demuestra la necesidad de reciclar.

A nivel nacional, Perú también genera más de 19,000 toneladas de basura por día, según el Ministerio de Medio Ambiente. Sin embargo, a nivel individual, los peruanos generan entre 800 gramos y 1 kilo de desechos por día.

“La cultura del reciclaje es importante en todo el mundo, así que decidimos trabajar en ello,” dijo Carranza. “En nuestro país, es algo en lo que aún tenemos que trabajar para que las personas tomen conciencia del cuidado del medio ambiente, para deshacerse de los desechos de manera adecuada.”

Aquí es donde entra en juego la solución de Cirsys. A medida que la compañía continúa con la producción en masa, planea instalar IRBins en varios municipios, universidades y centros comerciales. Además, la startup informa que 50 IRBins en todo Perú serían capaces de reciclar automáticamente 2.5 millones de botellas de plástico y 1.5 millones de botellas de vidrio al año. Sin embargo, se requeriría un financiamiento adicional de US$33,000.

IRBin y el mercado greentech

Cirsys no es la única startup que reinventa la educación ambiental. La startup chilena-venezolana PleIQ, por ejemplo, combina los códigos AR y QR para enseñar a los niños a reciclar adecuadamente. Al colocar una tableta frente a los contenedores de basura, aparecen “amigos digitales”. Estos personajes llevan a cabo lecciones educativas con jóvenes estudiantes sobre la importancia de separar los residuos reciclables.

También en Chile, ReciclaApp se está conociendo como el “Uber del reciclado”. Ya que las instalaciones de reciclaje son pocas y distantes, la startup va de puerta en puerta recogiendo la basura de otras personas.

De las 23 toneladas de desechos al año que los humanos producen, solo el 1.9 por ciento se recicla. El resto termina en vertederos, calles, ríos u océanos. De la misma forma, más de 8 millones de toneladas métricas de desechos plásticos encuentran su camino hacia las vías fluviales de la Tierra cada año.

Islas prístinas como las Galápagos, parte de Ecuador, sufren la peor parte. Las ballenas y otras formas de vida acuática están literalmente consumiendo estos desechos y encallando en el proceso.

Las Naciones Unidas informan que 27 países han promulgado algún tipo de prohibición de los plásticos de un solo uso. A medida que más naciones comienzan a implementar esfuerzos para reducir estas tendencias dañinas, tengo la sensación de que las startups centradas en el medio ambiente encontrarán soluciones similares. Los robots amigables pueden ser la respuesta.

-JA

Traducido por Alejandra Rodríguez

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