Nuestro Soapbox de hoy presenta la opinión de Alejandro González Alemán, Managing Partner en Redwood Ventures.
Contxto – Existen dos clases de fundadores: los que odian hacer reportes a inversionistas y los que lo niegan.
Pero esto es perfectamente entendible. Casi nada de lo que un fundador tiene que hacer para lograr mandar su reporte mensual a inversionistas o su presentación trimestral a consejo, abona a la misión y visión de su empresa (y uno como VC lo sabe).
Nunca en mis diez años trabajando con emprendedores he encontrado a alguno al que le apasione hacer su reporte a inversionistas.
Todos prefieren pasarse toda la noche escribiendo código, madrugar para tomar un vuelo red-eye para reunirse con un posible cliente, entrevistar a 50 candidatos en un día para encontrar el mero mero. Todo antes de tener que generar —otra vez— “el reportito”.
Razones para odiar los reportes
Creo que para un fundador existen dos razones principales para odiar el reporting:
Primero, por lo bochornoso que es generarlo. Es una tarea más o menos repetitiva, con una fecha límite, que requiere presionar a todo mundo. Hay que presionar al contador, al administrador, al de ventas, al de finanzas, al COO, al CTO…
Además por otro lado, tienes a todo mundo presionándote a ti. Al fondo VC, a la aceleradora, al ángel inversionista, al crowdfunding, a tu concejo y, posiblemente, hasta a tu tío que ya ni te acuerdas por qué invitaste a invertir en primer lugar.
Toda esa presión para generar algo que pareciera que no le abona al crecimiento de la empresa, mientras que otras mil cosas están pasando y requieren tu atención.
En segundo lugar, nunca sabes cómo van a reaccionar los demás ante el reporte.
Parece que nunca es lo suficientemente bueno. Siempre genera más preguntas que respuestas. Te encueras solo para ser criticado y a veces terminas revelando información que ni siquiera sabes si deberías o no revelar. A eso hay que sumarle el estrés del “qué dirán”.
Mucho estrés encima del estrés regular. (Qué friega ser founder).
Reporting: un hecho de la vida
Pero como dice un buen amigo: “welcome to real life”.
Si bien es entendible ese “repele” ante el reporte periódico a inversionistas; quiero proponer algunas ideas que pudieran hacerlo más llevadero y tratar de pasar del odio al amor:
1. Alinea expectativas
Todo es más sencillo si sabes exactamente qué reportar. Lo ideal es que desde el inicio se establezcan cuáles van a ser los indicadores que se van a informar cada periodo.
2. Simplicidad ante todo
La sobrecarga de información es algo real. Te recomiendo mantenerlo simple:
Dos o tres indicadores de desempeño (transacciones, GMV, descargas, MAU, Ticket promedio, avance en pipeline…); cinco indicadores financieros (Ventas, gastos, burn-rate, runway, cash-on-hand, CAC, margen bruto…); dos objetivos (lanzar “x” producto, levantar “y” cantidad de capital…) y una solicitud (un contacto, un consejo, una opinión, revisar un documento…).
A nadie le gusta saturarse de información pero tampoco nos gusta recibir cada vez menos información. Tal vez, citar a Duran Duran me haga ver muy chavoruco o solo muy ruco, pero ellos lo cantaron bien alguna vez: “I hate to bite the hand that feeds me so much information… It’s too much information for me”.
3. Sé consistente
Dicen que si quieres ser tomado en serio debes ser consistente. Trata de que tu reporte mantenga el mismo formato y los mismos indicadores. Esto te ayudará a generar los procesos necesarios para que sea más fácil generarlo y no tengas que andar a las carreras ni persiguiendo gente.
Además mantener consistencia en el reporte hará que sea más fácil de entender y cualquier explicación se tenga que dar una sola vez. Adiós, preguntas innecesarias.
4. Si es útil para ellos, es útil para ti
Y viceversa. La idea es que la información que reportes diga algo. Si no dice nada, no sirve. Si dice algo, les sirve a todos, incluyéndote.
Una buena práctica es que el reporte a inversionistas incluya la información que ya es de por sí relevante para ti como founder. ¿En qué te fijas tú y por qué? ¿Qué cosas no te dejan dormir en la noche si no las sabes? ¿Quién te lo reporta?
La idea que quiero dejar con este punto es que hacer el reporte para los inversionistas no debería de ser mucho más complicado que reunir información que ya tienes. Y si no la tienes, deberías.
5. No lo hagas tú
Una vez que ya tengas resueltos los primeros cuatro puntos, ya no hagas el reporte tú, que lo haga alguien más (o “algo” más… tech) y tú lo revisas… pero lo revisas. Muchas veces podrás darte cuenta y resolver algunas cosas antes de que tengas que mandar el reporte y así evitar discusiones innecesarias.
Es bueno mandar el informe a inversionistas con algunos bulletpoints redactados por el fundador en el cual se destaquen los sucesos más importantes del periodo.
De los reportes que recibo, uno de mis favoritos es uno que llega con tres secciones: “The Good, The Bad, and The Ugly” y cada mes nos mandan uno o dos puntos en cada sección. Súper resumen que, además, ayuda que todos se enfoquen en lo mismo y remen para en la misma dirección que el fundador.
Los reportes salvan empresas
Por último, quiero destacar un punto bien relevante. Como fundador tienes la opción de no reportar. En los buenos tiempos muchos se dan ese lujo.
Pero cuando las cosas se ponen feas, los emprendedores que sí mandaban sus reportes reciben mucho más apoyo de sus inversionistas.
Es como con los hijos y las calificaciones. No importan tanto los resultados, sino las decisiones que se toman con los resultados. Al final del día, cuando el profe llama a entrevista, lo que menos quieres son sorpresas.
A los inversionistas y fondos nos encantan los reportes. De verdad. Nos encantan tanto que se los pedimos hasta a las empresas en las que no hemos invertido solo para enterarnos cómo van. Lo que las tías sienten con el TVnotas, nosotros con el “Investors Update”. Puro éxtasis. Y créeme que se siente súper bien tener a un inversionista contento.
Alejandro González Alemán es Managing Partner en Redwood Ventures, fondo de inversion enfocado en startups tecnológicas en etapas tempranas.