Un grupo de 12 startups de Latinoamérica y el Caribe está marcando una diferencia significativa en el desarrollo rural en México, El Salvador, Honduras, Bolivia, Guatemala y Haití. Con el financiamiento del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y la gestión de Sparkassenstiftung Alemana, el proyecto Innovatech superó todas las expectativas al beneficiar a cerca de 21,000 hogares rurales en tan solo un año.
Enrique Hennings, Jefe de la Oficina Multipaís para Mesoamérica, el Caribe y México de FIDA, destacó que la iniciativa está creando nuevas oportunidades para el desarrollo rural en estos países. “Innovatech facilita el acceso a servicios financieros y tecnologías agrícolas avanzadas para pequeños productores”, dijo.
El programa ha alcanzado un 131% más hogares de lo inicialmente proyectado y ha beneficiado a 9,400 mujeres, 6,500 jóvenes y a más de 10,000 individuos de comunidades indígenas.
Christina Olsen, Directora del Proyecto Innovatech, resaltó que esta alianza entre startups y pequeños productores está impactando positivamente áreas como el desarrollo económico, la inclusión financiera y la sostenibilidad en comunidades rurales.
Con un financiamiento de USD $2.2 millones, Innovatech y sus startups asociadas están mejorando el acceso al comercio electrónico, servicios financieros a través de aplicaciones de banca móvil, recursos educativos en línea y herramientas de gestión agrícola.
En este contexto, es relevante considerar el panorama más amplio que enfrenta América Latina. Según datos de J.P. Morgan, la región está adquiriendo una importancia creciente como granero del mundo, con sus exportaciones agrícolas y de alimentos constituyendo el 16% del total global. Se espera que tanto la demanda como la producción agrícola sigan creciendo, lo que hace aún más crucial el rol de iniciativas como Innovatech para el desarrollo y la sostenibilidad agrícola en la región.
Este proyecto se alinea con la necesidad de incrementar la productividad y sostenibilidad agrícola en América Latina, proporcionando herramientas críticas para enfrentar los desafíos de una demanda creciente y la necesidad de prácticas más sostenibles. Todo esto cobra mayor relevancia en el contexto de desafíos globales, como la pandemia de COVID-19.
