Los fondos de inversión que apuestan por proyectos de innovación tecnológica hoy procuran procesos más estrictos. Según un reporte de Sling Hub, las startups latinoamericanas obtuvieron en mayo de 2023 un total de USD$253.2 millones en rondas de financiamiento. Es decir, un decrecimiento del 81% respecto al año pasado y hasta un 42% en relación al mes de abril. USD$73.2 millones fueron a razón de deuda. Sólo hubo dos series A. Suena complicado, pero no es para tanto: hay luz (y capital) al final del camino.

Platanus Ventures, con apenas tres años de existencia, regresa al ruedo con el próximo cierre de su convocatoria para un programa de aceleración. (La buena noticia: extendió el plazo del 25 de junio (este domingo) al día 09 de julio.) Se trata de los pocos fondos de inversión privada que aún invierte en etapas muy tempranas —apenas una idea a veces. Un respiro en este marco más exigente para emprendedores tecnológicos.

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La cofundadora y socia de Platanus Ventures, Paula Enei, considera que “en Latinoamérica hay un montón de problemas que aún no han sido resueltos. La tecnología tiene el potencial para resolverlos”. Su enfoque es emplear su know-how en busca de generar valor de alto impacto económico y social en la región.

“Dada nuestra experiencia, a mí y a mis socios nos pareció que debíamos invertir en startups digitales, con fundadores hispanoparlantes, donde por lo menos uno de los fundadores sepa programar y se encargue del desarrollo técnico”, explicó a Contxto la también fundadora de El Vaso Medio Lleno.

Ella integra un equipo sólido de empresarios tecnológicos con Jaime Bünzli (cofundador de Buda.com y CEO de Fintual), Natalia Fouillioux (directora del programa), Joaquín Stephens (co-fundador de la aceleradora) y Agustín Feuerhake Larrain (cofundador y CPO de Fintual), por mencionar a algunos, que conducen la labor de la aceleradora.

En su ADN hay un claro acento técnico y especializado. Es decir, hay más perspectiva techy a la Star Wars (ingenieros que se la viven en la acción) que a la Star Trek (teóricos un poco más contemplativos).

¿De qué trata el programa de Platanus Ventures?

La postulación tiene tres requisitos:

  • Que sea una startup digital. Es decir, ebusiness.
  • Equipo dedicado full-time al proyecto. Al menos que exista ese compromiso de resultar ganadores.
  • Fundador técnico. Es decir, un ingeniero informático que se responsabilice de crear el MVP.

El programa ofrece acompañamiento para construir un producto. Ayuda a entender las dinámicas de la búsqueda de financiamiento y prepara al empresario para buscar el dinero para desarrollar su proyecto. Viene acompañado de una inversión de USD$100,000 por el 7% de equity. Sólo seleccionan al 1% de los proyectos postulantes.

El acompañamiento concluye con un Demo Day, donde el emprendedor mostrará su negocio frente a inversionistas. Después del programa las startups se integran a su red de fundadores, con acceso a inversionistas ángeles, desarrolladores y otras empresas aliadas.

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Este proyecto de inversión y aceleración, busca un impacto positivo sin definirse como VC de impacto utilizando las últimas tecnologías web de código abierto. De ahí que su visión sea code focused —y open source, sobre todo. Y su capacidad de convocar a verdaderos ases del sector digital.

Platanus Ventures se define a sí misma como aceleradora de startups tecnológicas y fondo de capital de riesgo que se centra en apoyar a empresas digitales en etapa temprana y con alto potencial de crecimiento. Poseen un breve pero conciso período de tres meses de desarrollo asistidos por una mentoría, que posee emprendedores de la región con mucho oficio en ebusiness.

¿A quién buscan para este batch?

El perfil de sus seleccionados delata que Platanus Ventures es semillero de talento en calidad de incubadora. Paula Enei abona a esta idea: “por los montos que aportamos, verás que apostamos por empresas en etapas muy iniciales”, especifica la otrora directiva de Start-Up Chile.

“En algunos casos están trabajando en otras cosas cuando postulan. Ni siquiera es tan importante para nosotros si hay un MVP, lo importante es el equipo y su capacidad de producir ideas, su potencial. Para nosotros eso está por encima del mercado. Es muy complicado que un buen equipo tenga una mala idea”.

Su tesis central, que es contar con socio(s) fundador(es) con perfil técnico distingue a Platanus Ventures de otros fondos. “Típicamente quienes comienzan un negocio provienen de áreas comerciales”, explica Enei. “Subcontratan el desarrollo del producto. Gastan tiempo y mucho dinero al tercerizar el MVP. Terminan por ofrecer un 2% o 5% de la empresa a un CTO. Eso transmite la poca importancia que le dan a la tecnología”.

En resumen: Platanus Ventures considera que si tu mindset no es techy, entonces tus oportunidades de triunfar son bajísimas como emprendedor digital. Y tiene sentido: la propuesta de valor no está enfocada en la construcción, sino sólo en la arquitectura o la teoría. “Mi experiencia en Start-Up Chile me permitió ver este fenómeno en más de 500 empresas. Y justo las que sobrevivieron con éxito fueron aquellas que poseían este factor técnico”, precisa Enei.

Los batches pasados tienen soluciones de AI, B2B, Fintech, PropTech, DevTools, SaaS y hasta recursos humanos. Si se revisa a detalle cada grupo, podrá apreciarse un factor común: la aceleradora considera que hay mayor potencial de mercado para quienes resuelven problemas dolorosos de la realidad latinoamericana.

“Por ejemplo –dice Enei–, hemos invertido en startups como Examedi, que ejecuta exámenes de laboratorio a domicilio, que democratiza el acceso a la salud y la llevan a lugares donde la gente no tiene acceso”.

Las razones de los mentores para formar talento (e invertir tiempo y dinero en ellos)

“Dado que invertimos en gente joven, el nivel curricular no es tan relevante como su capacidad para presentar claramente su idea, su impacto, su potencial”, afirma Enei. Lo cual se vuelve en un motivo importante para que los mentores se sumen a esta pasarela de talento.

Jaime Arrieta Boetsch, emprendedor y CEO de Buk, , un SaaS de recursos humanos, imparte mentorías y acompañamientos los seleccionados para Platanus Ventures. Si estás al tanto del ecosistema startup, seguro lo recordarás por levantar una serie A de miedo con USD$50 millones, lo que le otorgó a su empresa un valor de USD$417 millones a finales de 2021.

“Es muy importante darles foros, financiamiento y asesoría”, explica el mentor. “La red que se arma en Platanus es una gran fortaleza del programa. Es interesante que, además de aportar tu experiencia, conforme ves crecer los proyectos puedes, incluso, invertir en ellos”. He ahí otro valor importante: aquí, los mentores son también posibles socios capitalistas que aportarán, adicionalmente, alianzas estratégicas.

A Arrieta le gusta que da pie para experimentar de muchas maneras entre las startups que participan. El desafío mayor, a su parecer, es que Platanus se consolide con un peso tan importante como el que hoy tiene Y Combinator —sin perder su esencia técnica y cercana a los equipos en los que invierte.

“Esta versatilidad –dice Arrieta– me permite conectar con ideas de gente creativa de todas las latitudes en la región latinoamericana que, además, tienen hambre por cambiar un entorno, una realidad, de comerse el mundo, pero sin perder humildad; quieren aprender a pivotar asumiendo que el error está ahí, lo cual me resulta muy estimulante, muy bonito”.

Entre los problemas que al CEO de Buk le gustaría ver próximamente está el asunto de la sustentabilidad —aterrizado a la realidad de Latam, claro está. A su consideración, se podría hacer algo relativo en temas energéticos. O más urgente incluso: reducir la brecha social; por ejemplo, las oportunidades de las MiPymes para competir en el mercado actual; familias que tienen menos recursos para democratizar más el acceso a ciertos servicios y productos.

Helena Polyblank, cofundadora de Mendel, una fintech que fusiona una tarjeta corporativa y un sistema de control de gastos, disfruta mucho participar del impacto que produce el ecosistema de startups que poco a poco se integran portafolio de Platanus.

“A mí me tocó participar de la incubación y aceleración de Y Combinator y creo que es una experiencia indispensable, contundente, para transformar la visión de los jóvenes que participan”, dice Polyblank.

El modelo tan personal y enfocado de Platanus facilita que estos mentores se impliquen de un modo intrínseco. “Para mí –abunda la empresaria– es un modo de devolver valor. En el camino, aprendo muchísimo. Por eso les abres tus redes, te involucras, les inviertes; vamos, te viertes hasta los huesos”.

Platanus Ventures llegó en un momento importante para Helena, quien se sentía lista para ser inversionista ángel. “Como mujer –cuenta– fue muy complicado; era difícil entablar esa relación con los emprendedores, que me buscaran para colaborar con ellos. Ahí fue cuando Platanus Ventures me dio la oportunidad de probarme en esta nueva versión de mí”.

¿El resultado? Polyblank ya ha invertido en seis empresas de los batches pasados. Sí, un valor agregado no escrito en el programa, pero que puede pasar.

La empresaria celebra la riqueza de propuestas y problemas que atienden los emprendedores que hoy forman parte del portafolio. Ella espera ver pronto más ideas en torno a la educación, por ejemplo. “Lo que más emociona, es ver tanta pasión y energía; creí que al aportar mi experiencia daría de lo que he recibido; pero, nuevamente, me han dado mucho en este tiempo. ¡Y sólo van dos años para mí!”

El entusiasmo que Helena comunica es contagioso. Refleja, entre otras cosas, algo que para un postulante será definitivo: la posibilidad de que una idea pase de ser un sueño, a un hecho con un conjunto de inversionistas, aliados estratégicos y expertos en ebusiness que respaldarán a la startup y su equipo. Es decir: una verdadera oportunidad de crear un proyecto de vida que tenga impacto en la región.