Es un cambio notable en el panorama de capital de riesgo cuando firmas conocidas por sembrar startups en etapas tempranas comienzan a invertir grandes cantidades en compañías maduras de inteligencia artificial como OpenAI y Anthropic, a valoraciones sin precedentes. Menlo Ventures, una firma típicamente involucrada en inversiones de etapa temprana, está liderando una ronda sustancial en Anthropic, valorada actualmente en más de $15 mil millones. Esta valoración es asombrosamente 75 veces sus ingresos anualizados, superando los múltiplos de valoración de muchas empresas públicas e incluso las inversiones en OpenAI.
Históricamente, inversiones de Menlo, como la realizada en Uber, prometieron retornos de miles de millones de dólares, requiriendo que las compañías alcancen los más altos niveles de valoración global. La inversión actual en Anthropic requiere saltos de valor similares, si no mayores, lo que plantea preguntas sobre los retornos esperados y la trayectoria de crecimiento de las firmas de IA. La situación recuerda a los primeros días de inversiones en grandes tecnologías, donde apuestas altas y altas valoraciones prepararon el escenario para los gigantes tecnológicos de hoy.
Al mismo tiempo, individuos como Arlan Hamilton de Backstage Capital están invirtiendo en las últimas rondas de OpenAI, indicando una tendencia más amplia en la industria de buscar inversiones prestigiosas, o “logo shopping,” en IA. Estos movimientos son parte de una fascinación más amplia con el potencial de la IA para revolucionar varios sectores, a pesar de los altos costos de entrada y la naturaleza especulativa de estas inversiones. Parece que la promesa del poder transformador de la IA está incitando a los inversores a apostar en grande por su futuro.
Sin embargo, la agresiva estrategia de inversión plantea preocupaciones. Mientras gigantes como Google y Amazon podrían recuperar sus inversiones a través de servicios en la nube proporcionados a estas startups de IA, firmas de VC más pequeñas podrían no tener la misma red de seguridad. Las altas valoraciones y el ritmo rápido de inversión en startups de IA como OpenAI y Anthropic indican un mercado alcista, pero también destacan los riesgos e incertidumbres de invertir en sectores tecnológicos de alto crecimiento e intensivos en capital.
La comparación de Anthropic con OpenAI como el “Pepsi al Coke” en el mundo de la IA subraya la rivalidad y el potencial que estas compañías sostienen. Sin embargo, el estado incipiente de la industria y el inmenso capital requerido para el crecimiento, como indica la mención del CEO de OpenAI Sam Altman de una posible recaudación de $100 mil millones, muestra cuánto están apostando estas firmas por un futuro dominado por la IA.
A medida que los capitalistas de riesgo se desvían de sus caminos de inversión tradicionales, la dinámica del mercado de IA continúa evolucionando rápidamente. La trayectoria de la industria está lejos de ser cierta, con alternativas de código abierto y una plétora de nuevos jugadores entrando en escena. Lo que queda claro es que el apetito por las inversiones en IA está creciendo, incluso cuando se desvía del patrón usual de la comunidad de capital de riesgo, insinuando una creencia más amplia en el potencial a largo plazo de la tecnología de IA.
