Nuestro Soapbox de hoy presenta la opinión de Ana Bárbara González Hernández, fundadora de Creademics.
Contxto – Hay un concepto en los negocios que se llama techos de cristal ¿Has escuchado hablar de ellos?
The Wall Street Journal lo describió en uno de sus artículos como esas barreras invisibles que se presentan en los negocios que impiden que las mujeres alcancen puestos de responsabilidad en las empresas o impedimentos con los que nos enfrentamos como mujeres en el mundo de los negocios.
Claro, esto lo escribieron en 1986 y, aunque los años han pasado y las cosas han cambiado, es un término que se me quedó mucho en la mente; “barreras invisibles”.
Barreras invisibles al emprender
En este artículo te voy a platicar sobre techos de cristal o barreras invisibles que he encontrado a la hora de emprender pero que considero que se presentan sin importar tu género o área de negocio e industria, estos son: los miedos.
Puede ser miedo al fracaso, al éxito, al “qué dirán”, a ser juzgado.
Por lo que he visto en este camino del emprendimiento, se nos van formando creencias limitantes (los otros techos de cristal) y considero que muchas veces son fundados desde el miedo.
El tema con los miedos es que hay miedos que son nuestros y hay otros miedos que no son nuestros. ¿Desde cuál estamos actuando? ¿Qué miedos nos estamos comprando y a quién le pertenecen?: ¿A mamá? ¿a papá? ¿a mis socios y conocidos? ¿a mí?
Quizás, por ejemplo, tu colega o amigo (que ni siquiera son emprendedores) te hacen un comentario sobre lo difícil y riesgoso que es apostarle a emprender en época de crisis y pandemia. Por ende, tú te paralizas y pones en duda, y en pausa, tu nueva idea de negocio.
Ahí te estás comprando un miedo que no te pertenece, que no es tuyo.
En cambio, un miedo al típico “qué dirán” puede ser un miedo tuyo que al procesarlo y trabajarlo se puede superar y poder romper ese “techo de cristal”.
Emprender en tiempos de miedo
El miedo tal cual no es malo y te puede contribuir; puede ser una reacción de nuestro instinto para indicarnos hacia dónde si apostarle y hacia dónde no.
Lo que sugiero evitar es ese miedo que nos paraliza, que nos deja inmóviles y nos detiene al actuar. Por supuesto que no estoy insinuando que eliminemos los miedos por completo —si tan solo yo tuviera la receta mágica para eliminar el miedo, creo que mi emprendimiento y yo ya estaríamos en otro nivel.
Yo recomendaría comenzar una relación sana con tus miedos. Tienes que analizarlos, no evadirlos, y platicar con ellos para ver de dónde vienen (si de nosotros o de alguien ajeno).
¿Qué nos quieren decir y cómo los podemos afrontar? Porque pierdes más al no intentar expandir tu negocio, al no invertir, al no comenzar tu proyecto, que al afrontar tus miedos, aprender del enfrentamiento y usarlo como combustible para salir adelante y pensar fuera de la caja.
Las creencias limitantes y los miedos no solo se proyectan en nosotros sino también en nuestros negocios.
Si tu crees que no vas a tener éxito, muy probablemente tu negocio tampoco. Al tener miedos y, por lo tanto, al pensar en objetivos chiquitos, tu negocio también reflejará resultados chiquitos.
Si cambias el enfoque de tu energía de tus miedos hacia emprender, todo cambia. Si empiezas a ver tus miedos desde otro punto de vista, todo cambia. Pensar en grande nos puede ocupar el mismo tiempo y espacio que pensar en chico. ¿No lo crees?
Lo difícil viene después del miedo
Se que suena fácil, quizás para algunos lo sea, para otros no lo es.
Todo es un proceso de crecimiento, de compromiso con tu trabajo, de derrumbar creencias limitantes, de mirar adentro y de comenzar a ser conscientes sobre qué energía utilizamos en nuestros emprendimientos.
Siempre hay que analizar si es una energía fundada desde el miedo o desde la valentía.
Como ya dije, no es fácil pero definitivamente vale la pena.
Vale la pena sanar, cuestionar los miedos y atreverse a dar el salto de fé. Creo que lo que está del otro lado del miedo es valioso, puede ser una ganancia, un objetivo cumplido o una buena movida y mira, aunque termine siendo un fracaso, terminará siendo una valiosa lección, así que ¿Porqué no intentarlo?
¿Tú qué opinas?
¿Has dejado de emprender, invertir, apostarle a un proyecto por miedos?
¿Te has puesto a pensar de quien eran esos miedos y qué hubiera pasado si lo hubieras intentado?
Ana Bárbara es una emprendedora mexicana. Es parte de un equipo multidisciplinario de emprendedores que crean proyectos de innovación, donde desarrollanda Creademics, un proyecto de cursos online sobre herramientas de innovación para emprender, y Somnium, un proyecto de contenido en formato de realidad virtual para mejorar los tratamientos de pacientes oncológicos.