Contxto – El capitalismo moderno tuerce a las startups hasta que parecen el tronco de un árbol viejo. En otras circunstancias crecerían derechas, apuntando directo hacia el sol, pero, como ya podrán atestiguar las operaciones de Uber en Colombia; los negocios a menudo no salen como planeado.
Simplemente, al competir las unas con las otras, las startups hacen todo tipo de maniobras para atraer capital y clientes. Después, cuando llegan los reguladores gubernamentales, es cuando de verdad se retuercen de formas imposibles.
Así fue como, el imponente árbol que es Uber, se contorsionó fuera de su camino para volver a entrar al mercado colombiano; y parece que lo logró… por ahora.
De hecho es bastante graciosa la manera en que el gigante estadounidense del ride-hailing está de vuelta en Colombia. Se debe a una laguna legal. Básicamente, de acuerdo con un comunicado de Uber, el sistema ahora consiste en que «rentes» un automóvil que viene con todo y chofer.
Se le agregó un clic más, ya que ahora tienes que “firmar” un contrato de arrendamiento cada vez que pidas un viaje.
Sin un ápice de ironía, el comunicado también presume que, “además, podrás personalizar las condiciones de tu experiencia con el arrendador como, por ejemplo, decidir la ruta que quieres seguir o la música que quieres escuchar.”
O sea… un viaje en Uber.
La historia hasta el momento
Los giros y vueltas de la intrincada trama que es la batalla entre Uber y el gobierno colombiano no nos dejan de sorprender.
Primero, la Superintendencia de Industria y Comercio colombiana dijo que Uber estaba utilizando prácticas de competencia desleal y por eso había prohibido la aplicación.
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Uber contestó con una apelación en la corte, la cual fue bloqueada por la Superintendencia con tecnicismos un tanto tramposos y con horarios legales extraños.
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La aplicación entonces le pidió ayuda a los usuarios y al Departamento de Comercio de Estados Unidos, pero se vio obligada a irse el último día de enero.
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Y ahora, en un magistral cambio de los eventos, ¡la app ha vuelto!
La pregunta es, ¿quién reirá al final?
Uber insiste en que el uso de esa “laguna” es estrictamente temporal, mientras resuelven sus asuntos en la corte. Entonces será «temporal» pero a largo plazo.
Quién sabe qué tiene bajo la manga la Superintendencia colombiana. ¿Se adelantará a la astuta gimnasia legal de Uber y le quitará la máscara de «alquiler de automóviles» que la aplicación de transporte se está poniendo?
¡Descúbrelo en el inevitable próximo capítulo de esta saga!
-AG
Traducido por Alejandra Rodríguez