- Gridless explota una estación minera de 500 kilovatios en Kenia utilizando fuentes de energía renovables, incluida la energía geotérmica del Parque Nacional Hell’s Gate.
- Fundada por Erik Hersman, la empresa se centra en descentralizar la red de Bitcoin y utilizar la energía no utilizada para capacitar a las comunidades rurales africanas.
- El enfoque innovador de la startup proporciona electricidad más barata y ha suministrado energía a miles de hogares en Kenia, Zambia y Malawi.
Enclavada cerca de los volcanes inactivos del Parque Nacional de Hell’s Gate, en Kenia, una operación única de minería de Bitcoin gestionada por Gridless aprovecha la energía geotérmica y solar para alimentar sus esfuerzos. Esta iniciativa, apoyada por el Bloque de Jack Dorsey, representa un modelo sostenible en el sector de la minería de criptomonedas, que suele consumir mucha energía. El emplazamiento, cerca del lago Naivasha, cuenta con un único equipo de minería en contenedor que personifica la innovación en el aprovechamiento de los recursos energéticos renovables.
El director ejecutivo de Gridless, Erik Hersman, hace hincapié en la misión de descentralizar la red de Bitcoin, subrayando la importancia de la distribución geográfica y operativa para mantener la independencia y seguridad de la moneda. El enfoque de la empresa no sólo apoya el ecosistema criptográfico, sino que también aborda problemas críticos de acceso a la energía en África. Al utilizar el exceso de energía renovable, Gridless ayuda a electrificar las regiones rurales, donde más de 600 millones de personas carecen de acceso fiable a la electricidad.
Las implicaciones más amplias de las operaciones de Gridless van más allá del consumo de energía. Al situar sus operaciones mineras cerca de fuentes renovables, la empresa ayuda a estabilizar y justificar financieramente el desarrollo de infraestructuras renovables. Esta estrategia reduce los costes de la electricidad y promueve una mayor disponibilidad de energía, lo que ha permitido la electrificación de 8.000 hogares en Kenia, Zambia y Malawi. Además, estas operaciones apoyan las economías locales proporcionando energía para el almacenamiento agrícola y la infraestructura comunitaria, como WiFi público y estaciones de carga de vehículos eléctricos.
