Contxto – Los repartidores de Rappi, Uber Eats y Glovo en Argentina tienen un problema con sus respectivas plataformas de entrega de alimentos. El viernes pasado (8) se los hicieron saber a ellas y al Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social del país cuando salieron a las calles en protesta.
Estos repartidores solicitaron mejores salarios y mejores condiciones sanitarias para operar. Esta no es la primera vez que sucede algo así. En abril también organizaron una protesta donde hicieron demandas similares.
Indudablemente, las plataformas de entrega de última milla han demostrado ser cruciales durante la pandemia de coronavirus (Covid-19). Pero, aunque esta haya resaltado el papel crucial que desempeñan los servicios de estos choferes, también agrega una capa adicional de complejidad con respecto a sus lazos con las plataformas.
El debate de las plataformas de entrega se complica
Las cuarentenas obligatorias en Argentina han provocado una mayor demanda de servicios de entrega de alimentos. Eso, junto con el aumento de las tasas de inflación en Argentina, ocasionaron más trabajo y menos salarios, según los manifestantes.
Como resultado, los repartidores exigieron un aumento del cien por ciento en su ganancia por cada viaje que realicen.
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Y como si, de por si, los vínculos legales entre las plataformas y los socios afiliados no fueran lo suficientemente complicados, Covid-19 llevó las cosas al siguiente nivel.
Los manifestantes señalaron que se les penaliza por entregas sin contacto. Entonces eso los pone en una encrucijada. Por un lado, se les pide no acercarse físicamente a los clientes pero, ¿qué hacer en los casos en que pagan en efectivo? ¿Dejarlo en el suelo? Eso no es higiénico.
¿Y cómo proceder cuando está lloviendo? Los pedidos no se pueden dejar en el suelo.
Pero tampoco todo es miel sobre hojuelas para las plataformas.
Rappi, en Argentina, argumenta que ha operado con pérdidas durante abril y mayo para satisfacer la demanda. Algo que sin duda es malo para una startup que ha estado luchando por lograr la rentabilidad en 2020.
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Por el momento, las regulaciones en Argentina no obligan a las plataformas a establecer una relación formal con sus repartidores. Pero la salud y el bienestar de las personas están en riesgo cuando salen a la calle.
Al mismo tiempo, algunos analistas argumentan que si hubiera un acuerdo oficial entre empleador y empleado, aumentarían los precios comerciales y sería más costoso para el usuario final. Entonces eso tampoco es ideal.
Por lo que las preguntas importantes siguen sin respuesta.
¿Cuál es la responsabilidad de una plataforma con respecto a sus socios? ¿Hasta qué punto es responsable un usuario de tomar las precauciones necesarias para operar? ¿A quién hay que responsabilizar cuando las cosas salen mal, la empresa o la gente?
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-ML
Traducido por Alejandra Rodríguez