La Bolsa de Valores de Sao Paulo, también conocida como B3, ha adquirido una parte minoritaria en MBOCHIP, una startup ‘deep tech’ con sede en Porto Alegre.
Según B3, la inversión inicial en esta transacción es de aproximadamente USD$1.9 millones, aunque no se ha revelado la proporción exacta de participación adquirida.
Con este acuerdo, B3 tiene la intención de ofrecer a sus clientes nuevas funcionalidades, baja latencia, soporte especializado, servicio ágil y mejoras continuas en el producto.
Por su parte, MBOCHIP amplía su alcance y base de clientes a través de esta asociación con la bolsa de valores.
Es importante destacar que la startup MBOCHIP seguirá operando de forma independiente. Fundada en 2009, la empresa se ha enfocado en tecnología avanzada para los mercados financieros durante más de una década.
MBOCHIP proporciona soluciones basadas en FPGA, es decir, un chip programable que acelera la ejecución de algoritmos.
La tecnología de baja latencia se implementa en SiliconTrader, la plataforma de comercio electrónico de la empresa dirigida a clientes institucionales.
Esta inversión se suma a la estrategia de modernización de B3, que incluye otras inversiones, como la realizada en la startup sueca Vermiculus en marzo a través del fondo L4 Venture Builder.
En julio, B3 también estableció una colaboración con Nasdaq para desarrollar una plataforma de compensación.
Además de Vermiculus, el fondo L4 ha contribuido a empresas como Parfin, centrada en infraestructura web3, y Bridgwise, que utiliza inteligencia artificial para generar informes de investigación y recomendaciones sobre activos de más de 44,000 empresas que cotizan en bolsa a nivel global, según información de Startups.
¿Qué son las deep tech?
Son empresas que se establecen sobre descubrimientos científicos auténticos o innovaciones tecnológicas genuinas, que tienen la intención de contribuir a la mejora global.
Las ‘deep tech’ ofrecen soluciones en diversos ecosistemas, empleando herramientas como análisis de datos a gran escala, inteligencia artificial y aprendizaje profundo, con un enfoque más centrado en la investigación que lo que se observa comúnmente en las empresas tecnológicas que suelen recibir mayor cobertura de los medios.
Este grupo no engloba a las compañías digitales que han experimentado un crecimiento destacado en los últimos años, ni se apoyan en modelos de negocio innovadores, sino que resuelven problemas a través de avances científicos o tecnológicos de alta relevancia.
Además de su aspiración a transformar el mundo, las ‘deep tech’ presentan una atractiva oportunidad de inversión.
