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Contxto – El transporte público en América Latina tiene varios problemas. Desde la mala calidad del servicio hasta la poca cobertura. Pero existe otra incómoda realidad que aplica en su mayoría para las mujeres jóvenes y adultas: el acoso.
En vista de este problema la startup brasileña, NINA, las ayuda reuniendo data y evidencia sobre casos de acoso en el transporte público. Sus descubrimientos también ayudan a los gobiernos a mejorar la planeación urbana al identificar las zonas que hay que vigilar.
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NINA llegó para ayudar
En el 2017, Simony César comenzó a dedicarse a su startup de tiempo completo y desde entonces, NINA ha crecido de forma constante en Fortaleza, Brasil.
Si una persona es víctima o testigo de acoso sexual usan la aplicación Meu Ônibus, donde encontrarán la plataforma de NINA, para que puedan dar información sobre el evento, ubicación, horario y número de autobús donde sucedió.
Tras lo cual, la startup le entrega la información a la compañía de autobuses. Es la responsabilidad de la compañía entregar el video de las cámaras de seguridad a la policía y, si una víctima elige darle seguimiento, se puede presentar una denuncia.
La data también ayuda a que los dirigentes diseñen mejores políticas públicas para las zonas más problemáticas. Por ejemplo, si existe un vecindario donde el acoso es frecuente, las autoridades locales pueden dirigir campañas de concientización y otras estrategias para eliminar este injustificable comportamiento.
Aparte de eso, NINA ofrece asesoramiento para los dirigentes a los que les interese el problema. Además, la startup está bien conectada con grupos que buscan apoyar a las mujeres.
Sin embargo, es importante señalar que la plataforma de la startup solo trabaja para rutas de autobús públicas en la región de Fortaleza. Pero es probable que se unan más, ya que se está poniendo a prueba en Pernambuco y Cuiabá.
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Un muy buen comienzo, pero…
De parte de NINA esta es una iniciativa increíble para eliminar este comportamiento recurrente e injustificable. Sin embargo, el otro actor en la ecuación que también juega un papel importante son las autoridades gubernamentales que le dan seguimiento a estos reportes. Es ahí donde mi pesimismo comienza a surgir.
En muchos países de Latam no se reportan los casos porque, a menudo, los perpetradores salen impunes, por lo que las víctimas consideran que no vale la pena hacerse escuchar. Además, las agencias gubernamentales también tienen recursos limitados, cosa que se traduce en que no se toman medidas más allá de presentar una denucnia.
Y por supuesto, la mentalidad persistente/arcaica de culpar a las víctimas por sus elección de vestimenta o minimizar todo diciendo que el victimario solo “estaba bromeando”.
La sociedad en general (no solo los gobiernos) necesitan volver a considerar su enfoque en todo esto.
Es absurdo que necesite decirlo/escribirlo.
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-ML
Traducido por Alejandra Rodríguez
