Contxto – La industria de entregas de última milla ha sido un mar de emociones y conflictos para Latinoamérica. Y a todo esto, Argentina decidió sumarse a los países que toman acciones regulatorias para las plataformas digitales.
Las startups que operan en Argentina como Glovo, Rappi y PedidosYA serán quienes tienen que ajustarse a este nuevo marco regulatorio para respetar este interesante punto medio que propone el gobierno de Argentina.
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¿Un punto medio para las economías compartidas?
La propuesta del gobierno Argentino no tiene en mente, (por ahora), modificar la Ley de Contrato de Trabajo (LCT). Su principal propuesta es lograr formalizar a los repartidores.
De un proyecto con 41 artículos, solo se han propuesto dos. De los cuales en resumen estos proponen los siguientes puntos:
Salario: Se establece un tiempo laborable máximo de 48 horas para los repartidores, por lo tanto el repartidor merece un sueldo mínimo y un aguinaldo correspondiente las horas laboradas en la plataforma.
Condiciones del reparto: Se propone un incremento en el costo del servicio de 10 por ciento en condiciones de lluvia. También el equipo de trabajo, como la bicicleta y la mochila, se considera como perteneciente al repartidor, lo cual significa un incremento de hasta 20 por ciento.
Salud: El repartidor tendrá asignado un fondo con aportes mensuales de la startup. Con este fondo los repartidores podrán hacer uso del dinero en caso de enfermedad o accidentes. También podrán retirar dicho fondo sin necesidad de presentar comprobantes médicos. Despido: Los repartidores que son “despedidos”, o en términos que usan las startups de economía compartida “dados de baja de la plataforma”, la indemnización correspondiente es de un sueldo por cada año trabajado.
Recibo de sueldo electrónico: Los repartidores que sean dados de baja deben recibir un certificado digital.
Derecho a la información: No se puede reducir los pedidos de un repartidor en función de su calificación ya que esto se considera “discriminación”. Sin embargo, sí se puede reducir la cantidad de pedidos cuando exista poca demanda.
Régimen disciplinario: El repartidor no puede rechazar pedidos y si no acepta ningún servicio en 30 días, se le puede dar de baja de la plataforma.
Vacaciones: Las vacaciones serán de un día por cada 15 trabajados.
Otros derechos: Una aseguradora de riesgos de trabajo es mandatoria para estas startups mientras no se les desvincule de sus respectivos sindicatos y derechos a huelga.
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Fin de una economía compartida
El término de economía compartida suena atractivo por su connotación equitativa. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para los trabajadores en en la práctica. Por lo menos para estas regulaciones propuestas por el gobierno argentino, existen varios elementos complejos que no se han considerado.
Lo primero es que de las tres principales plataformas que se están buscando regular (Rappi PedidosYa y Glovo), una tiene antecedentes fuertes de abandonar los países que no le son rentables.
Así que es probable que ya sepamos cuál es el siguiente país del que se saldrá Glovo este año. Y, de paso, dejará sin trabajo a repartidores que tendrán que migrar a otras plataformas dispuestas a aceptar los costos adicionales de esta propuesta.
Como exrepartidor de UberEats, hay un par de puntos que me gustaría resaltar:
El hecho de que existan salarios mínimos para los repartidores suena bastante atractivo, sin embargo esto no significa que las plataformas de entrega de última milla se limiten a una comisión única por pedido.
Existen bonos (bastante buenos y atractivos) predeterminados para incentivar a los repartidores que cumplan cierto número de entregas al día. Por lo tanto, considero que remodelarán estos mismos bonos para cumplir con las obligaciones legales e incluso se limiten a las mismas. Lo cual para el negocio puede ser incluso mejor.
Se supone que estos modelos fueron creados para ganar un dinero adicional a tu fuente de ingresos principal, sin embargo las economías compartidas han mutado a un trabajo de tiempo completo, si no es que más.
En relación al cuidado de los equipos del trabajador, lo que más llama mi atención es que, en mi experiencia, la empresa le vende las mochilas a los trabajadores en planes semanales de pago para acolchar el gasto.
Y esta decisión no es filantropía de las startups, sino que significa presencia de marca con cada repartidor que recorre las calles. Adicionalmente, en el algoritmo de las aplicaciones, existe una preferencia a los conductores con equipo de la empresa para recibir pedidos más grandes.
En relación a las aseguradoras, definitivamente es necesario una cobertura adecuada para los repartidores ya que constantemente están expuesto a altos riesgos.
En fin, esta propuesta de ley, está considerando los principales dolores de quienes dependen de estas plataformas y resuelven problemas de manera inmediatas. Sin embargo, a largo plazo, las consecuencias pueden ser bastante contraproducentes si se continúa poniendo tantas trabas a este tipo de economías compartidas.
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-CM